Me da la impresión de que en momentos convulsivos como
los que se están viviendo actualmente en Sonora, donde el crimen organizado
está haciendo impresionante acto de presencia, las autoridades no han
encontrado precisamente “la cuadratura al círculo”, y el asunto se les está
complicando demasiado. “Se les hace bolas el engrudo”, pues.
Veamos: en los últimos meses, los crímenes con el sello
de la delincuencia organizada se han estado registrando en varios puntos de la
entidad, sobre todo Hermosillo y Ciudad Obregón. Es un asunto que resulta
estéril querer negarlo. Los sicarios aparecen, cumplen con su cometido y se
van. Operan con una impunidad absoluta, lo que evidencia la incapacidad de las
autoridades por evitar los hechos, primero, y esclarecerlos después. Sonora,
pues, no es seguro como lo manifiesta el Secretario de Seguridad Pública
Ernesto Munro Palacio.
Luego se hace una alharaca impresionante sobre el tema de
los exámenes a los agentes de policías estatales y municipales, y se anuncia
con bombo y platillo que 35 por ciento de los examinados no están aptos para
pertenecer a las corporaciones. Unos por obesos, otros por tener limitaciones
físicas y otros más por ser adictos a las drogas o ser presuntos cómplices del
crimen organizado. A estos últimos hay que despedirlos inmediatamente,
advierten.
En torno a este asunto, acaba de suceder algo a lo que no
le encuentro todavía ni pies ni cabeza: el mismo Munro Palacio acaba de
felicitar al alcalde de Hermosillo, Alejandro López Caballero, por tomar la
decisión de no despedir a los agentes que tienen adicción a las drogas, y lejos
de eso, buscar su reubicación.
Y agrega: “creo que si estas personas no van a vestir uniforme, no van a
traer un arma, no van a utilizar recursos públicos, ni vehículos, ni siquiera
un radio donde se maneja información confidencial de la Policía, pero
conservarán su trabajo en otra área, está bien”. ¿O sea que en otra área de
gobierno sí pueden andar bien “atizados”?
Los
gordos o incapacitados por alguna otra limitación física, esos sí van directo a
un programa de rehabilitación si es que quieren conservar sus trabajos. ¡¡¡Qué
cosas!!!
Y mientras por ese lado se siguen enredando, en lo que
corresponde a la delincuencia de menor nivel ya se perdió totalmente el control
en Sonora. Y el mejor ejemplo se da en las chatarreras, donde se compra de
manera por demás impune todo lo robado por “cholos” o raterillos comunes sin
que nadie muestre un gramo de capacidad para controlarlo.
Es decir, la sociedad en su conjunto estamos en manos de
este tipo de delincuencia, porque los que gobiernan no hallan cómo resolver la
presencia del crimen organizado y el asunto de los policías “drogos”, y descuidan
lo que es la prevención y comisión de otros delitos. ¡A’i la llevamos!
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Si todo resulta como marcha hasta ahora, para mediados de
julio se estarían observando los primeros reflejos del programa “Energía Sonora”
que maneja el diputado federal Antonio Francisco Astiazarán Gutiérrez, con
beneficios económicos para los consumidores registrados a través del recibo de
cobro, en lo que corresponde a los municipios del 04 Distrito, lo que abriría
las puertas para empezar la campaña correspondiente a nivel estatal.
La factibilidad del programa es lo que ha movido al
legislador sonorense a seguirlo impulsando con un interés desmedido en
conseguir el apoyo que el consumidor de energía eléctrica está esperando desde
hace muchos años. Sonora es un estado donde contar con ese servicio resulta
carísimo, por lo que esto implicaría un enorme beneficio para el bolsillo,
sobre todo de quienes menos tienen.
Hasta ahora todo marcha bastante bien. Esperemos así
continúe.
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Cuídese del frío. Esta anunciada tormenta invernal no es
como para desdeñarse, así es que más vale protegerse muy bien en contra de
alguna enfermedad respiratoria. Tengamos cuidado todos.
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