viernes, 14 de junio de 2013

El futuro del PAN

Si las cosas no cambian en los meses previos a que concluya el año, el Partido Acción Nacional no llegará precisamente con las mejores perspectivas al 2015, periodo en el que habrá proceso electoral para los cambios en toda la estructura de gobierno en Sonora en sus tres niveles.
Después de un 2012 en el que las cosas no salieron nada bien, los panistas entienden que el siguiente será un proceso muy complicado, sobre todo porque tras las contundentes derrotas que sufrieron, es hora que no recomponen actitudes y muchos de ellos siguen viviendo en medio de una soberbia ficticia, la mejor careta para hacer creer que todo marcha bien.
“La caballada está muy flaca”, me dijo un reconocido militante al advertir que no les está ayudando mucho la necedad de no asimilar aún que el proceso anterior les resultó adverso, y que los cambios (sobre todo de actitud) son más urgentes hoy en día. El más ancestral enemigo del blanquiazul, el PRI, les dio una tunda y es hora que no lo aceptan. Se siguen creyendo en el poder absoluto.

Y de mantenerse en esa posición, los augurios no pueden ser buenos en el siguiente año de elecciones. Las designaciones de candidatos van a tener que estar apegadas a los deseos de la militancia real, de aquella que siente la ideología panista no para beneficio personal sino para lograr un cambio positivo en la forma de hacer gobierno. “La raza” a la que sólo se utiliza para llenar urnas, mas nunca para corresponderle una vez siendo gobierno. Y no se dan evidencias de que las cosas vayan a ser así… de nuevo.
En suficientes ocasiones ha quedo demostrado que las imposiciones no son buenas. Los llamados “candidatos oficiales” son generalmente contrarios a las simpatías de los militantes, y las consecuencias les han resultado desastrosas. Ahí está el caso específico de Guaymas, para no ir tan lejos. Aquí perdieron hasta la ropa interior. Y aún así no se deciden a cambiar de actitudes.
Por lo pronto, es importante reflexionar sobre el menú de opciones que se maneja al interior del PAN para la candidatura a la gubernatura, donde presuntamente don Javier Gándara Magaña iba “por la libre”. Desde ahora se advierten ya fuertes fricciones por la presencia, de nuevo, de David Figueroa Ortega, quien se quiere “sacar la espina” clavada desde 2009 y ya circula por los diferentes rincones de Sonora buscando adeptos para alcanzar su propósito.
Esto mientras que en el palacio de gobierno de Hermosillo siguen insistiendo en que Alejandro López Caballero bajo ninguna circunstancia ha renunciado a sus aspiraciones de contender por esa postulación. Esto es lo que empieza a inquietar a la familia panista, a quienes los experimentos democráticos los han desunido más que fortalecerlos.
Aquí en Guaymas, varios nombres se manejan como prospectos para la alcaldía, entre estos el del empresario transportista Eduardo González Gaxiola, del Agente Fiscal Lorenzo Decima Dworack, de Gastón Lozano González e incluso del presidente del partido Omar Núñez Caravantes, quien insiste que no le interesa ser candidato… dice.
Quien sea, los panistas van a tener que trabajar muchísimo si es que quieren recuperar el gobierno municipal, ya que después de aquel devastador paso del hoy funcionario estatal César Adrián Lizárraga Hernández, ellos mismos no se han preocupado por al menos tratar de justificarse ante la comunidad y dar una explicación de lo que realmente pasó ante el saqueo que mostró el erario.
Por lo pronto, se puede advertir, hoy, que el PAN podría sufrir no sólo los mismos, sino otros descalabros más.

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