miércoles, 9 de octubre de 2013

La política y la policía: una porquería

¿Cómo se puede confiar en la policía -- del nivel que usted guste -- tras la captura de 13 agentes federales que formaban parte de una bien organizada banda de secuestradores en Acapulco? ¿Cómo creer que en las corporaciones descansa la seguridad de los ciudadanos si en cada “tarrayazo” que dan las autoridades contra la delincuencia aparecen siempre elementos de diversas policías? ¿Cómo tener fe en los agentes de Tránsito Municipal que si te sorprenden manejando ebrio te dejan ir hasta por 50 pesos de “propina”? ¿Cómo tener certeza en el buen trabajo de los agentes de la PEI si en sus propias narices se “suicida” una mujer detenida?
En el asunto político-policiaco que hoy mantiene la tensión en Guaymas, tras el presumible secuestro de Omar Núñez Caravantes, dirigente local del PAN, el cuestionable suicido de María de Jesús Llamas Coronado “La China” en una celda de la Procuraduría General de Justicia de Sonora en Guaymas, y el feroz enfrentamiento entre el PRI y el PAN desde las más íntimas esferas del poder, hay algo que no hemos advertido: así como involucraron a Eduardo Gaxiola Márquez, Secretario Particular de la Comuna, al Gobierno nada le cuesta convertir a cualquiera de quien se atreva a opinar sobre el tema en un peligroso criminal perseguido por la PEI.

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