Ni el PRI ni el PAN

El PRI en Sonora comenzó ya su campaña de posicionamiento para el 2015, a través de publicaciones en los medios que tradicionalmente ocupa, y como es de suponerse, todo lo que maneja en estos momentos va a enderezado a crear la peor imagen del Gobierno Estatal que encabeza Guillermo Padrés Elías.

Al margen de que el gobierno actual no ha podido encontrar el rumbo correcto para ofrecer un bienestar a los sonorenses, y al contrario, ha permitido excesos que mantienen en zozobra a la comunidad, como la cada vez más evidente presencia del crimen organizado, lo que el PRI hace en estos momentos es más bien para lamentarse, lejos de merecer elogios.

Dirigido por un resentido ex candidato abrumadoramente derrotado en 2009, el ex senador Alfonso Elías Serrano, de alguna forma pretende aliviar una herida que se niega a sanar. Golpean fuerte al gobierno en funciones asegurando que se hace un mal uso de los recursos públicos, algo que jamás vio el hoy dirigente priísta cuando Guillermo Bours Castelo hacía y deshacía con los dineros del pueblo.

Acusa también a Padrés Elías de beneficiar con mayores recursos a los alcaldes que pertenecen al panismo, y curiosamente no recuerda que el antecesor no solamente limitaba los apoyos a presidentes municipales de otros partidos, sino a munícipes que perteneciendo al mismo PRI, no compaginaban con sus ideas. La política aplicada por el entonces Gobernador era clara: “o estás conmigo o estás en contra mía”.

El despotismo, la prepotencia, la altanería, fueron cosa común en aquellos tiempos que, si bien concluyeron debido a una terrible tragedia, de haberse extendido hoy en día tendríamos un gobierno similar, totalmente divorciado de las clases populares, ambicioso de más poder, y con graves síntomas de dictadura. A Elías Serrano pareciera que el discurso se lo escribe la frustración, el odio y los deseos de venganza.

Insisto que no es el gobierno de Padrés Elías lo que los sonorenses merecíamos. Fue una desagradable sorpresa que no solamente se haya mantenido el nivel de desprecio hacia las clases populares gracias a un gabinete integrado sólo por niños ricos, sino que además se han elevado de manera profundamente lamentable los niveles de corrupción. Pero no es el PRI Sonora al que le corresponde hacer críticas de algo que ellos acostumbran. Es evidente que quieren recuperarse para volver a ser lo mismo de siempre.

En todo este contexto, queda claro entonces que ni el PRI ni el PAN son los partidos que merezcan estar en el poder gubernamental. La presencia en ambos partidos de ambiciosos del poder por el poder mismo es lo que echa a la canasta de la basura la doctrina política de cada uno de esos organismos. Mientras sigan ahí personas que lejos de buscar el bien común, procuran su beneficio personal, seguiremos siendo rehenes de políticos ladrones.