¿Ya sabe usted cuántos partidos
políticos operan actualmente en México?
Si nuestros cálculos son
precisos, estamos hablando de que hoy en día, los mexicanos estamos manteniendo
a 35 organizaciones políticas, algunas con presencia a nivel nacional y otras
que se refugian en algunos estados, pero que finalmente también perciben
fuertes aportaciones provenientes del erario.
No exagero, amigo lector. Hablar
del PRI, PAN y PRD no concluye el listado de partidos políticos en el país, si
bien estos son los que mantienen mayor presencia en el territorio. Pero no
soslayemos a otros como el Partido del Trabajo, el Verde Ecologista, Nueva
Alianza y Movimiento Ciudadano, antes llamado Convergencia.
Pero nuestra “gloriosa
democracia” no advierte freno alguno, y en los días recientes, el IFE permitió
el registro de tres partidos más: Movimiento Regeneración Nacional, llamado
Morena por sus siglas, y los partidos Humanista y Encuentro Social, que se
integran a Concertación Mexicana, Revolución Nueva Imagen, Demócrata Mexicano y
Nacional Social, llamado también Parnaso.
No crea sin embargo que ahí
concluye la lista. A este montón de partidos, hay que agregarle los
“partiditos” que existen en varios estados de la República , los que igual
solicitan su registro ante la autoridad electoral, y ésta, condicionando cifras
inventadas sabrá Dios por quién y conseguidas vaya usted a saber cómo, de
inmediato les autoriza disponer de recursos que son propiedad de la ciudadanía.
Actualmente, hay alrededor de 20 partiditos más en estados como Chiapas,
Coahuila, Durango, Sinaloa y otros más.
La formación de nuevos partidos
políticos es el mejor pretexto de algunos mal llamados políticos, que han hecho
de su práctica su modus vivendi. Caso específico el de Manuel López Obrador,
quien ha formado parte de varias de estas organizaciones. En el período de 1976 a 1988 fue militante
activo del PRI, partido del cual llegó a ser Presidente Estatal en su natal
Tabasco. Después integró junto con otros ex priístas resentidos el Frente
Democrático Nacional del cual surgió el hoy llamado PRD. Ha sido candidato a la Presidencia de México de
ese partido, del PT, y ahora se postula como futuro aspirante en cuatro años
más por su partido recién formalizado, Morena.
Pero al igual que López Obrador,
otros políticos han hecho uso indiscriminado de la tolerancia que tiene la Ley Electoral en México para
crear partidos políticos, algunos de los cuales, como el Verde Ecologista, se
convierten en fuertes y enriquecedoras empresas particulares de algunas
familias.
Las “carretadas” de millones y
millones de pesos que el Gobierno Federal distribuye a través del IFE entre los
partidos políticos es un escándalo a nivel internacional. En un país donde la
pobreza es uno de sus principales síntomas, la fuente inagotable de recursos
destinados a los partidos contrasta brutalmente con los discursos políticos que
tratan de evidenciar preocupación por la gente vulnerable.
Lo peor de todo esto es que
ningún partido ha dado fiel cumplimiento a sus respectivos estatutos. En todos,
la doctrina dicta la busca de un país en mejores condiciones de vida. Los
únicos que se enriquecen son los que figuran como dueños particulares de estos
organismos.
Por eso es que nuestra imagen
ante el exterior es la de un país donde las ratas pululan por doquier, sin que
nadie se atreva a aplicar el veneno suficiente para erradicarlas.
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