El hecho de que se haya creado un
grupo en la red social del Facebook, a través del cual los conductores de autos,
aficionados al alcohol, se comunican entre sí para advertirse sobre la
presencia de los operativos policiacos para detectar y sancionar la conducción
punible, no es precisamente ni para reírse,
mucho menos para aplaudirse y menos aún para considerarse como una
medida inteligente para contrarrestar la vigilancia policiaca.
La idea vino de alguien que no
está dispuesto precisamente a dejarse controlar por las autoridades y ha sido
seguido por cientos de personas, en su mayoría jóvenes y hasta menores de edad,
quienes particularmente los fines de semana saturan el mentado grupo publicando
advertencias sobre la presencia de los operativos, con lo cual se busca (y se
consigue) no ser molestados mientras siguen manejando y consumiendo bebidas
alcohólicas.
En México, la muerte provocada
por el consumo de alcohol conserva el segundo lugar en las estadísticas, muy
abajito de los niveles alcanzados por el narcotráfico. Tan sólo en Guaymas, no
se pueden olvidar accidentes fatales en los que participaron grupos de
jovencitos que murieron en condiciones profundamente lamentables. Estos hechos
regularmente están relacionados con el estado de ebriedad de las personas.
Aún cuando la autoridad ha
endurecido su postura y ha dispuesto sanciones económicamente muy enérgicas
para castigar a los punibles, aquí se está buscando la manera de evitar que la
policía cumpla con su cometido, y se le reta de esta forma. Es decir, el
conductor etílico busca la forma de burlar la acción policial y prefiere
seguirse arriesgando a sufrir un percance, aún cuando en ello vaya implícito el
riesgo de su propia vida.
No creo que falte mucho tiempo
para que esta “defensa” de los miembros de ese grupo (en el cual por cierto
estoy incluido sin habérseme tomado en cuenta) arroje sus resultados. Y cuando
ocurra otro accidente con resultados dramáticos, volveremos a responsabilizar a
las autoridades, sin tomar en cuenta que somos nosotros mismos quienes estamos
evitando la prevención de accidentes.
Será el día en que los gobiernos
en México tipifiquen la conducción punible como una actitud criminal, tal y
como sucede en otros países, como Estados Unidos, y se sancione no solamente
con multas, sino con prolongados encierros en prisión, cuando nos harán
entender que es preferible manejar sin una gota de alcohol en la sangre, ya no
digamos para no ser detenido por la policía, sino para evitar un accidente que,
por lo bajito, nos va a dejar graves problemas económicos. Y esto como lo más
barato en que nos podría salir un percance.
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