martes, 18 de marzo de 2014

¿Ya nos llegó la hora?

En el PRI toman fuerza los movimientos tendientes a seleccionar a su futuro candidato para la gubernatura de Sonora. Son cinco o seis los personajes cuyos nombres se comentan en los mentideros políticos como los prospectos para alcanzar la nominación. De todos ellos, si es que se desecha ahora la figura del “tapado”, saldrá el que irá a la difícil tarea de recuperar el poder político para el tricolor en Sonora.
Habría que analizar, sin embargo, quienes son los que realmente están capacitados no solamente para intentar la victoria en Julio de 2015, sino para enfrentar el duro reto de administrar los recursos públicos de tal forma que se pueda recuperar todo lo que en estos últimos cuatro años se ha perdido de manera lamentable. La crisis económica en Sonora, según advierten especialistas, está en uno de sus peores momentos.

Los sonorenses están aburridos ya de diferencias políticas. La llegada del PAN al Gobierno del Estado no vino a aplacar los enconos que ya había en la entidad. Más bien la situación empeoró visiblemente. Y como consecuencia de todo eso las condiciones sociales están para preocuparse. Más problemas, más delincuencia. Más enfrentamientos entre la clase política.
Algo más en lo que tendría que mostrar capacidad el futuro aspirante a gobernar Sonora. Ningún caso tendría que llegara alguien que sea excelente administrador pero incapaz de solucionar todos los problemas sociales que vive a diario el sonorense. La inseguridad reina en todos los rincones del territorio y el desempleo se multiplica de manera impresionante, contrastando con las cifras oficiales.
Dos aspectos importantes en los que un o una aspirante a gobernador tiene que reunir para poder sentirse con derecho a intentar una postulación. Aquí no se trata simplemente de enriquecer currículum ni mucho menos. Tampoco de ofrecer mejores perspectivas a los que controlan el dinero y con ello el poder público, sino de dar garantías de bienestar a la colectividad.
En lo personal, no comulgo con la idea de que se quiera convencer a la gente de que Sonora ya necesita una gobernadora, y no porque sea un misógino ni mucho menos. El spot que ya trae acatarrados a los sonorenses de que ya nos llegó la hora, no define si se trata de Claudia Pavlovich Arellano o Ana Gabriela Guevara, y en lo personal no creo que ninguna de ellas dos pueda presumir en estos momentos de capacidad absoluta para dirigir el destino de los que habitamos este estado.
Claudia ha sido diputada y senadora, pero nunca ha tenido la oportunidad de manejar los recursos públicos, y ese es uno de los factores primordiales para quien pretenda ser gobernador sonorense. Ana Gabriela tiene una gran carrera deportiva, pero en política literalmente está en pañales, luego de haber recibido una senaduría de obsequio. No es entonces el momento preciso para pensar en una mujer. Al menos no por ahora.
En el caso de Antonio Francisco Astiazarán Gutiérrez y Ernesto Gándara Camou, ambos tienen más formación tanto política como en el quehacer público, aunque le veo más habilidad política al ex alcalde y ex diputado federal de origen guaymense. Además de que, como habitante de este terruño, creo que favorecería mucho a nuestro Municipio que un nacido en Guaymas llegara al gobierno sonorense.

Cuestión de enfoques, diría alguien por ahí.

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