Es una pregunta que me hago en ocasiones, y más cuando veo a otros que no solo cumplen fielmente el Juramento de Hipócrates, sino que van más allá, absorbiendo incluso el sufrimiento de sus pacientes y padeciendo, literalmente en carne propia, cuando uno de ellos deja de existir.
Ni qué decir de aquellos que con todo profesionalismo y corazón se entregan a la responsabilidad de encontrar, de acuerdo a sus conocimientos, la enfermedad que aqueja a su paciente y escudriña en el fondo de su capacidad para encontrar la medicina y/o la operación necesaria para que el otro recupere la salud.
Si se supone que el mecánico debe reparar al cien un auto y el ingeniero debe entregar en excelentes condiciones una obra, el bolero debe dejar satisfecho a su cliente con sus zapatos y el músico tiene que dar lo mejor de sí para cumplir su compromiso de amenizar una fiesta... ¿porqué hay gente negligente?
Lamentablemente para el médico que incurre en eso, sus riesgos son mucho mayores. Está jugando con la vida de una persona, y si ésta muere por su desatención, es lógico y natural que va a recibir las críticas más fuertes, incluso las que lo tildan de criminal. Si por su negligencia la persona murió, es obvio pensar en la comisión de un asesinato. Aunque no esté tipificado legalmente como tal.
Mientras haya médicos soberbios, engreídos, déspotas e IRRESPONSABLES, la negligencia seguirá siendo característica de ese sector, para detrimento de quienes, insisto, sí cumplen con todos los requisitos para considerarse un buen médico.
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