En el PRI empiezan a moverse
algunas piezas, con miras al proceso electoral del año entrante. Los
movimientos son notorios. Empiezan a asomar las cabezas de algunos miembros que
buscarán disputar las candidaturas para los puestos de elección popular en
juego. Y entre estos se comenta bastante el nombre de Germán Uribe Corona, de
nuevo entre los prospectos para buscar la diputación federal del IV Distrito.
Lo de Germán no es ninguna
novedad por estos rumbos. El ex secretario particular de Manlio Fabio Beltrones
en dos o tres ocasiones ha buscado la postulación de su partido para meterse a la pelea electoral.
Por diversas situaciones no ha podido llegar, pero lejos de desanimarse
reaparece en la escena buscando posicionarse para que su partido, ahora sí, lo
tome en cuenta, ofreciendo a cambio, dice, la garantía de perpetuar la victoria
priísta en los municipios que forman el distrito.
Ha hecho su “talacha” cuando
ha sido necesario. Y sin armar escandalitos como otros que no alcanzan su
propósito de convertirse en candidatos, se repliega y tranquilamente se espera
a los nuevos tiempos electorales. Dicen por ahí que el que persevera alcanza. Y
Germán no pierde su esperanza de ser tomado en cuenta un día para ser parte de
una fórmula que busque una victoria completa para el tricolor.
Ya en ocasión anterior se estuvo
movilizando y logró el acomodo de una fuerte cantidad de computadoras en
jovencitos estudiantes de familias vulnerables. En aquella ocasión puso como
condición que los muchachos tuvieran una calificación superior al 9.5 y que
demostraran en sus boletas de calificaciones su agradecimiento al apoyo
otorgado. Es decir, buscó identificarse con las clases populares pero buscando
la forma de estimular el estudio.
Quizá valga la pena conocer un
poco más de Germán. En tiempos en que empiezan a definirse los nombres de
personajes que podrían integrarse a un futuro cargo público, es bueno
escudriñar un poco en su trabajo para ver qué tan favorable podría ser
entregarles un eventual respaldo a través del sufragio. Sobre todo lo que hayan
hecho por su terruño, que es lo que demuestra cuando se le tiene verdadero amor
a éste.
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Entratándose de la próxima
disputa por la diputación federal, creo que es oportuno hablar de las
posibilidades que cada día crecen más en la persona del actual alcalde de
Empalme, Héctor Moisés Laguna Torres, quien en año y medio ha demostrado que su
propósito de hacer una carrera política no era sólo por una ambición personal,
sino para demostrar que cuando las cosas se quieren hacer bien, se pueden.
Hace poco más de cuatro años,
Laguna Torres me decía que él no iba a negar tener la intención de hacer una
breve carrera dentro de la política. Limpiamente se convirtió en el primer
diputado local por el distrito de Empalme, y en base al fino trabajo
desarrollado como tal, ganó fácilmente las elecciones para alcalde del
Municipio. Hoy, el nombre de Héctor Moisés figura con marcado interés en las
filas de Acción Nacional. En Guaymas no ven con malos ojos la posibilidad de
que sea un buen candidato al Congreso de la Unión, gracias a la tarea ahora
desplegada como Munícipe.
Héctor es un buen hombre, y en
política es un poco (o mucho) difícil encontrar a gente como él. Su labor de
gestoría ha permitido importantes beneficios para Empalme y su gente. Tiene sus
detractores, como todo servidor público, pero literalmente son imperceptibles
los problemas que pueda enfrentar con esto. No hay mucha “tela de donde cortar”
con el alcalde empalmense, porque su trabajo ha rebasado cualquier intento de “grilla”.
No ha sido, además, proclive a protagonizar escándalos, como sucede en
municipios muy cercanos.
Héctor, de seguir su
trayectoria, podría ser el primer candidato panista en llevarse el mayor número
de votos en el proceso para elegir al futuro legislador federal, cargo que
actualmente ostenta el priísta Antonio Astiazarán Gutiérrez.
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