En el caso de Jesús Antonio
Pérez, ya no se le dio más atención a pesar de su gravedad
El Instituto Mexicano del
Seguro Social muestra una evidente y agresiva insensibilidad en el caso del
joven Jesús Antonio Pérez Arellano, cuya enfermedad en el hígado la mantiene en
estado de extrema gravedad y aunque ya fue trasladado a Hermosillo, hasta este
momento la atención que se le ha brindado es prácticamente nula.
En medio de la desesperación y
angustia que agobia a sus familiares, Jesús Antonio fue trasladado, como se
informó ayer, a la clínica número 2 del IMSS en Hermosillo, en lugar de haber
sido internado en la clínica 14, que es donde se concentra a los enfermos más
delicados por contar con mejor equipo y demás instalaciones para una mayor y más
efectiva atención.
Sin ofrecer ninguna
explicación a su familia, el instituto ha mantenido a Jesús Antonio en una
camilla desde el lunes, sin llevarlo a una cama especial para su debida
hospitalización, sin darle la atención médica que requiere, y aunque
supuestamente ya fue revisado por un gastroenterólogo, la familia no ha
recibido una sola información sobre su situación actual.
El vocero de la familia dijo a
este medio que “ayer hablé con su esposa. Ella está desolada, desesperada, al
saber que todos los esfuerzos y súplicas, ruegos que se han hecho para que se
haga algo por él, han sido en vano, se han estrellado ante una cruel
indiferencia”, relató.
Dijo que ya les advirtieron que
el joven ocupa de un trasplante de hígado y que para eso tiene que ponerse en
lista de espera. “Esa es una esperanza para nosotros, pero resulta que para
ponerlo en lista de espera, tendría que haber sido llevado a la clínica de
especialidades de Ciudad Obregón, pero allá no lo quieren aceptar. ¿Cómo
entonces va a entrar a la lista de espera? ¿Cómo pueden ser tan crueles”,
lamentó el informante.
Reiteraron que ellos no están
en contra del IMSS. Antes bien, han tenido cifradas sus esperanzas en que la
institución, “con la ayuda de Dios”, dijo, pueda lograr la recuperación de
Jesús Antonio. “Pero con todo esto que está pasando, nos da la impresión de que
sólo quieren que nuestro familiar muera para quitarse ese peso de encima. No
puede ser que estén actuando así”, indicaron.
Señaló que por actitudes como
éstas es que después las personas acusan de negligencia a las instituciones de
salud. “Se supone que ellos están para salvar vidas, y aquí pareciera que
quieren que la de nuestro familiar se acabe pronto”, puntualizó.
Jesús Antonio Pérez Arellano,
como se ha informado, tiene 30 años de edad y es padre de tres niños. Él sufre
de una enfermedad que se llama “Wilson”, que es un trastorno hereditario poco
frecuente que hace que el organismo no pueda deshacerse del cobre adicional. La enfermedad regularmente se desarrolla
entre los 5 y 35 años de edad.
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