"Algunos se fueron al cielo y a otros nos llevaron a urgencia", narra Dana Paola
Excélsior
HERMOSILLO.- Con su delgada,
dulce y pausada voz, Dana Paola cuenta lo que a su corta edad sabe de lo
ocurrido el 5 de junio de 2009 en la Guardería ABC, cuando un incendio cambió
la vida de cientos de familias, incluida la suya, en la que hoy es considerada
la mayor tragedia infantil en la historia de México.
“Una señora se fue llorando al
trabajo de mi mamá y le dijo que se estaba quemando la guardería; ella fue
rápido, y nos llevaron a un hospital; y como algunos no pudieron con las
quemaduras, se fueron al cielo, y a otros nos llevaron a urgencias”, relata la
pequeña.
Marisol Montaño Estrada, mamá
de Dana Paola, recuerda que su hija, quien tenía dos años en 2009, no podía
caminar, no hablaba, no veía y no se podía mover resultado de las quemaduras de
tercer grado sufridas en la instancia infantil subrogada a particulares por el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
“Dana tenía quemaduras en 54%
del cuerpo, en su carita, sus dos brazos y sus dos piernas. El neurólogo me
dijo que mi hija iba a quedar (como) vegetal y que la iba a tener acostada en
la cama”, recordó.
De acuerdo con las primeras
investigaciones, el fuego inició en una bodega de la Secretaría de Hacienda del
gobierno de Sonora contigua a la Guardería ABC. Murieron 49 niños y 104
resultaron lesionados: 24 por quemaduras y 80 expuestos al humo y a gases
tóxicos; ellos siguen luchando cada día para salir adelante.
Dana Paola lleva 25 cirugías
en su rostro, brazos, cabeza y piernas y seguirá siendo sometida a
intervenciones quirúrgicas hasta que cumpla 21 años de edad.
“Conforme Dana continúe
creciendo irá ocupando cirugías, porque el injerto no crece al mismo ritmo de
la piel; entonces si ella engorda. le perjudica, si ella crece, le perjudica,
porque el injerto se jala.
“Entonces, el doctor lo que
hace es cortar y estirar y poner otro pedazo de injerto”, explicó Marisol
Montaño.
La madre de Dana Paola
considera que su hija perdió los nueve dedos de sus manos por negligencia del
Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente, a donde la
menor fue trasladada primero, para después lograr, con mucho esfuerzo, que le
autorizaran viajar al Hospital Shriners, que la atiende hasta la fecha.
“Si Dana hubiera llegado a
tiempo, ellos le hubieran salvado los deditos de sus manos, porque cuando mi
hija llegó a Sacramento también sus deditos de los pies estaban infectados y
estaba a punto de perderlos, y ellos le pusieron un medicamento por el suero y
se los curaron”, recordó.
Auténtica guerrera
Hoy Dana Paola, una auténtica
guerrera, es completamente independiente, y responde muy bien a sus terapias;
acaba de cumplir nueve años de edad y es de las alumnas más aplicadas de su
salón.
En sus propias palabras, la
superfán de One Direction, grupo de pop británico, sueña con ser gobernadora de
Sonora y le encanta convivir con Mateo, su hermano menor, un “regalo” que le
trajo Santa Claus hace dos años.
Al platicar abiertamente del
futuro y sus aspiraciones, Dana Paola esboza una enorme sonrisa que le ilumina
el rostro, mientras su madre la mira con gran amor y suspira, al sentir un poco
de alivio, en medio de la pesadilla que no termina.
Atención vitalicia
Documentos obtenidos por medio
de la Ley de Transparencia establecen que, hasta el corte del 19 de enero de
2016, el Seguro Social ha erogado 166 millones 554 mil 953 pesos en brindar
atención médica vitalicia a los niños que resultaron lesionados por el incendio
en la Guardería ABC, pago de gastos funerarios, ayuda por solidaridad,
intervenciones quirúrgicas, rehabilitación, medicamentos, traslados para
consultas y cirugías en México y Estados Unidos, así como atención sicológica y
siquiátrica para familiares.
El Consejo Técnico del IMSS
ordenó en julio de 2010 la creación del Centro de Atención Inmediata para Casos
Especiales (CAICE) con sede en Hermosillo, para dar seguimiento permanente a
los casos de los menores heridos.
Asimismo, se constituyeron dos
fideicomisos, el primero de carácter privado, denominado Fondo de Apoyo,
Manutención y Educación, con la participación del gobierno de Sonora y la
Fundación IMSS; el segundo, el Fideicomiso Público Fondo de Ayudas Extraordinarias
con motivo del Incendio de la Guardería ABC, por el que se otorgan los
siguientes apoyos:
Ayuda vitalicia mensual para
madres de los menores fallecidos y lesionados, equivalente al salario que
percibían en sus trabajos al 5 de junio de 2009.
Asimismo, beca educativa para
los niños heridos que cubre sus estudios desde la primaria hasta la educación
superior.
También apoyo bimestral para
el pago de energía eléctrica en los domicilios de los menores que, por
prescripción médica, requieran equipos para su cuidado.
Además, el pago de la cuota
del Seguro de Salud para la Familia a los padres de niños fallecidos y
lesionados, si dejan de ser sujetos del régimen obligatorio del Seguro Social.
Adicionalmente, el Pleno de la
Cámara de Diputados instruyó al IMSS entregar 750 mil pesos a las madres de 48
de los 80 menores expuestos al humo y gases tóxicos.
En cuanto a la reparación del
daño, se llegó a un acuerdo con el representante legal de la mayoría de las
familias para tener una propuesta consensuada con la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP) y la Secretaría de Gobernación (Segob) para el
cumplimiento de esta obligación en materia de derechos humanos, “que a la fecha
se encuentra en proceso de entrega con quienes lo han aceptado”.
La justicia no llega: padres
El pasado 14 de mayo, Raúl
Martínez Martínez, juez Primero de Distrito con sede en esta ciudad, dictó
sentencias condenatorias de 20 a 29 años de prisión por homicidio y lesiones
culposas contra 19 implicados en la tragedia de la Guardería ABC; entre ellos
funcionarios de los tres órdenes de gobierno y dos socios de la estancia
infantil.
Lo que parece una victoria
contra la impunidad, no es tal para los padres de las víctimas, porque nadie ha
pisado la cárcel, pues los señalados por la justicia aún tienen a su alcance
recursos de apelación.
“Desde que vimos ese catálogo
de consignados dijimos: no están todos los que son ni son todos los que están;
ésa es la verdad”, comentó Gabriel Alvarado Serrano, abogado del grupo Manos
Unidas por Nuestros Niños.
El defensor de algunos padres
de sobrevivientes confió en que el nuevo peritaje ofrecido recientemente por la
PGR ayude a esclarecer los hechos y compruebe la hipótesis de un incendio
provocado en la bodega aledaña a la guardería, donde aparentemente habían
documentos que probaban actos de corrupción del gobierno estatal.
“En esta averiguación hay una
persona que ya está siendo inculpada a título de autoría intelectual del
incendio; nos referimos al secretario técnico del exgobernador de Sonora, el
ingeniero Eduardo Bours Castelo, al señor Juan Carlos Lam Félix”, subrayó
Alvarado Serrano.
Los héroes anónimos
A siete años de distancia, la
mayoría de los héroes anónimos de la popular colonia Y Griega que ayudaron a
rescatar a los niños aquella tarde de viernes, aún andan por ahí, excepto
Francisco Antonio Ibarra Moreno, joven de 23 años, “un cholo más”, que murió a
tiros hace apenas unos días en el camino de terracería a Agua Prieta, quien en
su momento salvó a siete menores de morir entre las llamas.
También está el caso de Juan
López Trujillo, Cayetano, adicto a las drogas y con 15
ingresos al reclusorio; al ver el fuego, no lo pensó dos veces para entrar a
rescatar a tres niñas, a quienes nunca volvió a ver.
“Me acuerdo que saqué a tres,
la neta yo andaba bien drogado, soy drogadicto y soy adicto a las pastillas
sicotrópicas, sinceramente. Yo cumplí con lo que hice y estoy bien agradecido
con Dios; después de eso me quisieron ayudar rehabilitándome, pero ya pa’qué,
¿Enderezar a este árbol viejo?, yo ya no me enderezo, compa”.
Además, la fraternidad de
masones Shriners apoyaron con atención y traslado de heridos a la clínica
especializada en Sacramento, Estados Unidos, a donde llevaron 42 niños, de los
que salvaron 28, porque los demás iban muy graves y perdieron muchos días, ante
la negativa del IMSS de que pudieran salir de México, al tratar, supuestamente,
de evitar un escándalo internacional.
“El último que mandamos se
murió arriba, en el avión, y no pudimos hacer nada por él; en cambio hubo
muchos que lograron sobrevivir y están rehaciendo su vida y la de sus padres”,
indicó Francisco Romo Munguía, de Shriners-Sonora.
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