Bueno, lo que sucedió respecto
a la publicación que hice ayer sobre CFE, la empresa más abusiva y ladrona que
tenemos en nuestro país es lo siguiente:
El pasado viernes 15 del
todavía mes en curso, me acerqué al cajero G8 que está en el exterior de las
instalaciones de CFE en la calle 16, e intenté pagar el importe del adeudo por
consumo de energía eléctrica.
Aprovechando la “maravillosa
tecnología” de la empresa “de clase mundial”, intenté hacer el pago con el uso
de mi tarjeta de débito. Tras hacer lo que instruye la máquina esa, tardó unos
minutos y finalmente me indica que la operación no se pudo realizar.
Retiro mi tarjeta, me
introduzco a donde están los demás cajeros y hago lo mismo en el G4. De nuevo,
el cajero me indica que no se pudo completar la operación, por lo que le pido
ayuda al guardia que estaba a un lado, y en ese mismo cajero, el señor me ayuda
gentilmente a cubrir el pago.
Observo el recibo y me doy
cuenta de que se aplicó un cobro de 4,559 pesos, que deduje es el pago total de
lo que le debía a CFE. Hasta ahí todo bien.
Al día siguiente, en el cajero
de Banamex, reviso la cuenta y me doy cuenta de que había una cantidad muy por
debajo de mis cálculos, aun cuando un día antes se me había depositado mi pago
de nómina y otro depósito más. ¡Casi me infarto!
Saqué un estado de cuenta de
inmediato, pero no me apareció el movimiento hecho un día antes con mi tarjeta.
Me dirigí a Banamex Miramar, y ahí una muchacha me explicó que eso aparecía dos
o hasta tres días después del uso de la tarjeta. Como venían días de asueto, me
dijo que tendría que esperar hasta martes o miércoles.
Fue el miércoles cuando saqué
copia del estado de cuenta y me percaté de lo que había ocurrido: la CFE me
cobró ¡TRES VECES! La cantidad de 3,835 pesos. Es decir, 11,505 pesos.
Si yo le debía a la “súper
empresa” 4,559 pesos por consumo, ésta me está ROBANDO descaradamente, hasta
este momento, 6,946 pesos… pero eso no es lo peor.
Ya con comprobantes a la mano,
voy y hago mi reclamo ante una damita de esas que, desde el momento que te
sientas frente a ellas ya están a la defensiva. Le explico todo lo que pasó y
me contesta simplemente que “usted no tiene adeudo pendiente”. Le mostré el
recibo que imprime el cajero, y luego de algunas evasivas, me exige que lleve
un estado de cuentas impreso por el banco.
Gestioné el documento en el
banco, que llevaba exactamente los mismos datos del recibo anterior, y me dice
que se va a hacer un trámite para localizar la cuenta a la que se envió el
dinero que me robó, no el cajero, sino los encargados de tenerlo en
funcionamiento.
O sea, la empresa “de clase
mundial” no sabe a qué cuentas bancarias va a dar el dinero que se roban… y
también el que cobran de forma tan injusta a los consumidores.
Hasta estos momentos, no sé
qué es lo que va a pasar. Anexaron el estado de cuenta que me dio el banco y me
dice la mujer que el asunto tiene que irse a investigación, quizá hasta la
mentada División Noroeste o no sé qué madres, y que luego me van a responder.
Ni siquiera me dio un comprobante de mi queja.
¿Cuántos días?, le inquirí
preocupado… y con un tono arrogante y aires de triunfo, me contestó: “no sabría
decirle. No hay un plazo definido para eso”.
¡Hijos de toda su %$#”(&%$! Ahora sólo falta que me digan que ese dinero,
que sirve para pagar otras deudas y alimentar a mi familia, se quedará para
pagar los siguientes consumos.
Exijo a CFE que me regrese mi
dinero. Este día buscaré la alternativa para presentar una demanda formal ante
Profeco, que no sé si tendrá facultades o capacidad para ayudarme.
Y si no lo consigo, entonces
acudiré personalmente con el inalcanzable superintendente general (o como le
digan) hasta donde esté escondido, y le
exigiré --de la forma que sea necesaria-- que me regresen lo que, hasta
ahorita, me están ROBANDO.
Yo creía que nos teníamos que
cuidar solamente de los ladrones que andan en las calles. Ahora también
trabajan en las oficinas de CFE.
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