viernes, 22 de noviembre de 2019

CFE: nido de ladrones

Bueno, lo que sucedió respecto a la publicación que hice ayer sobre CFE, la empresa más abusiva y ladrona que tenemos en nuestro país es lo siguiente:
El pasado viernes 15 del todavía mes en curso, me acerqué al cajero G8 que está en el exterior de las instalaciones de CFE en la calle 16, e intenté pagar el importe del adeudo por consumo de energía eléctrica.
Aprovechando la “maravillosa tecnología” de la empresa “de clase mundial”, intenté hacer el pago con el uso de mi tarjeta de débito. Tras hacer lo que instruye la máquina esa, tardó unos minutos y finalmente me indica que la operación no se pudo realizar.
Retiro mi tarjeta, me introduzco a donde están los demás cajeros y hago lo mismo en el G4. De nuevo, el cajero me indica que no se pudo completar la operación, por lo que le pido ayuda al guardia que estaba a un lado, y en ese mismo cajero, el señor me ayuda gentilmente a cubrir el pago.
Observo el recibo y me doy cuenta de que se aplicó un cobro de 4,559 pesos, que deduje es el pago total de lo que le debía a CFE. Hasta ahí todo bien.
Al día siguiente, en el cajero de Banamex, reviso la cuenta y me doy cuenta de que había una cantidad muy por debajo de mis cálculos, aun cuando un día antes se me había depositado mi pago de nómina y otro depósito más. ¡Casi me infarto!
Saqué un estado de cuenta de inmediato, pero no me apareció el movimiento hecho un día antes con mi tarjeta. Me dirigí a Banamex Miramar, y ahí una muchacha me explicó que eso aparecía dos o hasta tres días después del uso de la tarjeta. Como venían días de asueto, me dijo que tendría que esperar hasta martes o miércoles.
Fue el miércoles cuando saqué copia del estado de cuenta y me percaté de lo que había ocurrido: la CFE me cobró ¡TRES VECES! La cantidad de 3,835 pesos. Es decir, 11,505 pesos.
Si yo le debía a la “súper empresa” 4,559 pesos por consumo, ésta me está ROBANDO descaradamente, hasta este momento, 6,946 pesos… pero eso no es lo peor.
Ya con comprobantes a la mano, voy y hago mi reclamo ante una damita de esas que, desde el momento que te sientas frente a ellas ya están a la defensiva. Le explico todo lo que pasó y me contesta simplemente que “usted no tiene adeudo pendiente”. Le mostré el recibo que imprime el cajero, y luego de algunas evasivas, me exige que lleve un estado de cuentas impreso por el banco.
Gestioné el documento en el banco, que llevaba exactamente los mismos datos del recibo anterior, y me dice que se va a hacer un trámite para localizar la cuenta a la que se envió el dinero que me robó, no el cajero, sino los encargados de tenerlo en funcionamiento.
O sea, la empresa “de clase mundial” no sabe a qué cuentas bancarias va a dar el dinero que se roban… y también el que cobran de forma tan injusta a los consumidores.
Hasta estos momentos, no sé qué es lo que va a pasar. Anexaron el estado de cuenta que me dio el banco y me dice la mujer que el asunto tiene que irse a investigación, quizá hasta la mentada División Noroeste o no sé qué madres, y que luego me van a responder. Ni siquiera me dio un comprobante de mi queja.
¿Cuántos días?, le inquirí preocupado… y con un tono arrogante y aires de triunfo, me contestó: “no sabría decirle. No hay un plazo definido para eso”.
¡Hijos de toda su %$#”(&%$!  Ahora sólo falta que me digan que ese dinero, que sirve para pagar otras deudas y alimentar a mi familia, se quedará para pagar los siguientes consumos.
Exijo a CFE que me regrese mi dinero. Este día buscaré la alternativa para presentar una demanda formal ante Profeco, que no sé si tendrá facultades o capacidad para ayudarme.
Y si no lo consigo, entonces acudiré personalmente con el inalcanzable superintendente general (o como le digan)  hasta donde esté escondido, y le exigiré --de la forma que sea necesaria-- que me regresen lo que, hasta ahorita, me están ROBANDO.
Yo creía que nos teníamos que cuidar solamente de los ladrones que andan en las calles. Ahora también trabajan en las oficinas de CFE.

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