¿Qué cree usted que pase por
la mente de un hombre en los precisos momentos en que, con una poderosa arma de
fuego en sus manos, apunta al pecho de un niño de 8 meses de edad, que le
dirige una inocente y tierna mirada, y le dispara sin piedad para asesinarlo
brutalmente?
¿Qué pasaría por la mente de
él mismo y sus otros cómplices cuando abatieron salvaje y cruelmente con
potentes rifles o metralletas, a tres mujeres acompañadas de sus hijos, y cuya
única defensa era su indefensión?
¿Qué habrá pasado por la mente
de aquellos que llegaron a una casa de Empalme donde una mujer con sus dos
niños, al igual que otro hombre más, fueron rociados con gasolina y quemados
vivos, mientras se llevaban a su objetivo, esposo, padre y hermano de las
víctimas de las que sólo sobrevivió una pequeña?
¿Qué pensarán aquellos que
golpean de manera inmisericorde a otro sujeto para después abatirlo a tiros y
luego descuartizarlo?
¿Qué tendrán en mente en esos
momentos?
Es una condición humana que
jamás voy a entender.
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