miércoles, 5 de febrero de 2020

¿Desaparecerán los "puentes"?

O sea… ¿realmente creen que el ausentismo laboral se redujo con la “fantástica” idea de trasladar los descansos obligatorios por fechas cívicas a los lunes?
Soy quizá de los muy pocos que nunca estuvieron de acuerdo con esa absurda reforma, de alargar los llamados “puentes” para evitar el ausentismo, sobre todo en las escuelas.
¡Por favor! Sigue estando de risa.
Mire, en relación al tema laboral, el trabajador mexicano --hay que aceptarlo-- es flojo por naturaleza. Ni modo, es un estigma muy bien ganado que tenemos los mexicanos, aunque a muchos nos moleste.
Cuestión de revisar las justificaciones tan inauditamente tontas que esgrime mucha gente --hombres y mujeres-- pretendiendo que le disculpen la falta a su trabajo. Hay personas que “explican” a su patrón que parió la gata… ¡y que no puede presentarse a sus labores!
Y los “puentes” sólo sirven para solapar más faltas injustificadas y acomodaticias.
En el tema de los cursos académicos, hay que reconocer la GENIALIDAD de la nueva generación de padres de familia, para muchos de los cuales, la presencia de una diminuta nubecilla en un cielo despejado en época de sequía, es razón ultra poderosa para que las clases se suspendan.
Y encima de todo esto, llegaron unos “genios” a las cámaras legislativas a presentar iniciativas para “incentivar” (jajaja) a trabajadores y estudiantes con los larguísimos “puentes”  amparados bajo esa grotesca idea de que con eso se evitaría el ausentismo.
Lo peor: los niños no van esos lunes a clases ¡y ni siquiera saben por qué! (Le sugiero: pregúntele a su hijo si sabe por qué no hubo clases el lunes pasado… digo, si es que usted ya lo sabe) La aplicación de este sistema sólo vino a fortalecer la INCULTURA que ya existe entre los estudiantes de hoy, que no saben multiplicar bajo el conocimiento de las “tablas” y muchísimo menos contar ¡siquiera! con los dedos de las manos. Mejor ni toco el tema de Historia de México o algo de Español.
En lo personal, yo SI ESTOY DE ACUERDO en que desaparezcan los “puentes” provocados por la manipulación irresponsable de las fechas cívicas. Nadie, absolutamente nadie, tiene derecho de manipular a su gusto y comodidad aberrante el anecdotario histórico.
¡He dicho!

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