domingo, 22 de marzo de 2020

¡Reaccionemos, por favor!

Bueno, creo que llegó ya el momento de dejarnos de tantas pendejadas, mitotes, chismorreo barato, diferencias sociales, políticas e ideológicas y asumir CADA QUIEN la responsabilidad a la que le seguimos sacando la vuelta todos los días. El coronavirus está provocando una pandemia en el mundo, y en Guaymas ya tenemos un caso que, si no se cuida bien, podría provocar cientos y hasta quizá millares de infectados.
Si bien es cierto el muchacho afectado, según información OFICIAL de la Secretaría de Salud, por voluntad propia decidió aislarse inmediatamente tras su regreso de España según versión de familiares, el simple hecho de que exista una persona infectada en nuestra ciudad ES UNA SEÑAL DE ALERTA MÁXIMA. No creo que haya necesidad de multiplicar recomendaciones para afirmar que aquí ya hay un peligro de contagio.
Esto lo comento porque, aún en estos momentos, y más todavía, cuando estamos todos reproduciendo y reenviando por las redes las MILES de verdades que proliferan en torno a este grave problema de salud, resulta por demás dramático que cientos, y creo que millares de guaymenses, desoigan el ya desesperado llamado oficial de recluirse en casa para evitar riesgos. Este domingo, playas, restaurantes, supermercados y muchos lugares más, estén llenos de gente que no toma la más mínima medida de seguridad, como es el cubrebocas.
Todos decimos estar preocupados, asustados, ¡aterrados! Todos distribuimos la última “verdad” que me llegó por WhatsApp y opinamos (ahora todos somos EXPERTOS en el tema) en las redes, repartiendo culpas pero sin asumir cada quien su obligación de PROTEGERNOS del virus. Todos decimos tener la razón pero nadie nos queremos dar cuenta de que SOMOS NOSOTROS mismos los que, con nuestra indolencia e irresponsabilidad, VAMOS A PROVOCAR QUE EL VIRUS CUNDA en casa de un descuido o una distracción.
El virus está en Guaymas. La persona esté aislada, protegida y con todas las medidas elementales para que no se propague. Pero no sabemos si en el transcurso del viaje a casa pudo haber contagiado a otra persona. Y si así fue, entendamos de una vez por todas, que las autoridades no nos están pidiendo que nos encerremos en casa por prepotencia, abuso de autoridad o capricho. ELLOS TAMBIÉN CUMPLE CON SU OBLIGACIÓN.
Los pleitos políticos ¡sobre todo! Déjenlos para después ¡chingado!
¿O sea que ni en momentos como estos, en que hay un verdadero peligro general de salud, podemos olvidar rencores, y unirnos todos con el mismo fin que representa nuestra propia seguridad?
Reaccionemos, por favor!

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