Pues la CEA aprovecha la
coyuntura derivada del mentado coronavirus, y procede a salvajes cortes del
servicio de agua potable a clientes morosos, que si bien puede considerarse una
medida justa ante los retrasos, se da en circunstancias y condiciones difíciles
de entender. Al modo de la dependencia.
Primero, corta el servicio en
momentos en que el agua se vuelve indispensable recurso para mantener la
limpieza. El Gobierno instruye a sus gobernados para lavarse las manos
constantemente para coadyuvar en las medidas de seguridad contra el letal
virus, y este organismo los deja sin agua. ¿Alguno de los jefecillos podrá
explicar esto?
No es que dejen de proceder a
presionar de esta manera a los morosos para que paguen. Cualquier persona con
dos dedos de frente supone que este no es precisamente el momento de hacerlo.
¡Vaya inteligencia y capacidad!
Por otra parte, en estas
últimas semanas se ha visto lo que pareciera ser una campaña de destrucción
masiva de banquetas y calles, realizados por trabajadores que si bien reciben
órdenes, lo hacen con marcado exceso, y como es de suponerse, sin recomponer los
daños cuando el usuario va y cubre el pago pendiente.
Y en una actitud de franco
reto al mismo Gobierno, la CEA manda a sus trabajadores sin la más elemental
medida de seguridad que en este caso son el cubre-boca y guantes, exponiéndolos
al grave peligro de contraer el virus, y más aún, andarlo esparciendo por todos
lados.
Vaya apoyo de la CEA Guaymas
para la campaña para prevenir contra el Coronavirus.
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