Es terrible darnos cuenta de
que a los mexicanos nos divide todo. Si es de política el tema, de religión o hasta
de la interpretación de la ley, todo es motivo para enfrentarnos unos a otros.
Pero que la pandemia que está matando por millares a compatriotas nos haya
también dividido, es el colmo de esa especie de incivilidad en que nos
desarrollamos como ciudadanos.
En un México valemadrista,
donde todos queremos tener la razón por encima de la del resto del mundo, la
mortandad que está provocando el virus identificado como Covid-19 dejó de
espantarnos, y tal pareciera que hasta gusto le hallamos al estar ofreciendo
diarias y múltiples condolencias a quienes van perdiendo seres queridos, al
tiempo que le perdimos el respeto a los riesgos mortales que implica desatender
las advertencias del sector salud.
Se evidencia esto cuando vemos
que al interior de las mismas familias crece el encono cuando mientras unos se
preocupan por vivir en un ambiente sano previendo posibles contagios, otros se
comportan total y absolutamente indiferentes al propósito, y antes bien se
burlan de los cuidados de sus propios parientes, hasta que se registra un caso
que colapsa la otrora armonía familiar y mete en crisis a todos.
Preocupa, por encima de eso,
que hoy en día el tema de la pandemia está siendo utilizado de forma atrozmente
perversa por los grupos políticos, esos que antes vivían felices y hoy le
apuestan a la desestabilización social, tratando de encontrar culpables sólo en
la instancia oficial que disemina por todo el país las propuestas para evitar
el crecimiento de contagios, en medio de un pueblo irresponsable hasta consigo
mismo, que hace todo lo contrario a la procuración de su propia salud.
Y para donde volteemos, vemos
con mortificación cómo seguimos “aportando” para que la crisis de salud vaya en
aumento en vez de inhibirse, consecuencia muy natural esto último de esa férrea
defensa de nuestra propia razón, que a veces se pierde en el afán de ponerla
por encima de los demás.
Ni hablar. Somos un pueblo con
severos problemas de identidad… y así seguiremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario