A diario nos llega la información sobre el acumulado de nuevos casos de Covid-19, defunciones y demás estadísticas.
El dato siempre llega acompañado de las interminables cuanto literalmente infructuosas súplicas del Secretario de Salud Enrique Clausen Iberri, para que la gente le baje a su importamadrismo y asuma la parte que le corresponde en estos tiempos de letal contingencia.
En tal razón, me puse a
revisar y sumar, y me encontré con que, del lunes pasado al de hoy, doce
personas murieron en Guaymas y seis más en Empalme por complicaciones derivadas
del contagio por Coronavirus. En total, 18 difuntos en ambos municipios.
A la escalofriante cifra de
tan solo UNA SEMANA, agréguele que hubo 62 nuevos contagiados en nuestro puerto
y 53 más en Empalme. Es decir, 115 hombres y mujeres en los siete días. Y todavía faltan los datos
que se darán hoy más tarde.
Quiero recordarle algo a lo
que no le estamos dando importancia. Lo que le acabo de escribir, ahí arribita,
son los DATOS OFICIALES. Es decir, se suman sólo las estadísticas que registra
el Sector Salud. Ahí NO ESTÁ la información de la gente que: no van al
hospital, van con médicos particulares, no se reporta su fallecimiento… no
saben que tienen Covid. ¿Cuántos más calcula que sean?
Estamos en código rojo y
pareciera que nos importa madre la muerte. Nos impacta el fallecimiento de
algún conocido, pero mañana lo olvidamos porque nos enteramos de otros dos más.
Y mientras comentamos con los demás el asunto, nos vamos al centro o al trabajo
sin la más elemental medida de protección como es el cubre-bocas.
Dramáticamente, alguien
comentó en una de mis publicaciones: el círculo se cierra cada vez más. Es
decir, ya son menos las familias que no han perdido al menos un familiar. ¡Y
aun así nos importa un sorbete! Pareciera que ya vemos hasta con simpatía a la
Muerte.
En Palacio Municipal se
cerraron las puertas. Un nuevo brote de Covid, que afectó incluso a gente de
los medios, obligó a suspender la actividad oficial. Los centros comerciales están
obligados a cerrar a las 8 de la noche. Se empieza a aplicar energía a la reducción
de la movilidad… ¡y todavía hay quienes se rebelan a eso!
A un médico amigo le pregunté
si el alcohol que contiene el gel antibacterial puede ser inhalado para matar
el virus que --según me han dicho-- dura hasta cinco días para incubarse en las
fosas nasales para después meterse a despedazar los pulmones. Me respondió que
puede ser de mucha utilidad. Lo estoy haciendo todos los días y cada vez que
puedo, entre otros cuidados. Creo que así puedo estar matando al bicho asesino
ese. Lo intento al menos.
Y le pido un favor sin que se
moleste: si a usted le importa poco cuidarse, por favor, se lo ruego… salúdeme
de lejos.
Buena tarde.
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