miércoles, 20 de enero de 2021

Opiniones consensuadas

A veces me da por pensar. Digo, son ocasiones muy distantes que pienso, pero a veces lo hago.

Como ahora por ejemplo, en que pienso que, en estos tiempos de criminal pandemia, si algo deberían hacer funcionarios, directivos, médicos, enfermer@s y demás personal del sector Salud, así como quienes se dedican a la medicina particular es PONERSE DE ACUERDO.

Por lo regular me inclino a la información oficial. Lo que pasa es que toda noticia que se da sin una identidad de origen, como quiera que me la pongan, difícilmente puede ser confiable. Y podrá uno como comunicador notar “algo extraño” en la nota proveniente del gobierno, pero definitivamente, es la única que puede ventilarse como tal.

Alguien me decía no hace mucho que si por qué no daba los “datos reales” de lo que está pasando con el tema del Covid. Bueno, yo le dije que con gusto publicaría la información que me diera y que le consta, pero dando a conocer el nombre de quien me hizo la declaración. Se molestó conmigo y hasta me acusó de estar encubriendo información.

Creo que sería más irresponsable dar una noticia sin sustento (la identidad de quien informa es soporte, entiéndase) que informar lo que viene de una fuente oficial. Y léase bien esto: no estoy tratando de decir que hay que creer “a pie juntillas” a quienes desde un puesto público informan. Simplemente, si algún día se comprueba que lo que en su momento informaron fue una mentira, allá ellos que pagarán las implicaciones legales que correspondan. Mientras tanto, es lo oficial.

Bueno, pero lo que sí podemos decir, cuando tenemos la identidad de las personas, es que sí hay detalles que enturbian un poco lo que se está haciendo para control, prevención y posible solución de la pandemia. Hoy una amiga me comentó que su hermano fue al Seguro Social porque se sentía muy mal. Antes se había hecho la prueba del virus en un laboratorio particular, y resultó positivo. El médico del IMSS le dijo que se fuera a trabajar.

No le dieron tratamiento alguno ni le ordenaron reposo. La instrucción sanitaria le dice “Quédate en casa”, pero el médico familiar le dijo que no había problema alguno. Su familia considera que quedarse en su casa es encerrar ahí al virus, e irse a trabajar es hacer un contagiadero entre sus compañeros de trabajo. ¿Qué hacer?

Hay mucha gente que está descontrolada con el caudal de información que brota por todos lados, mucha de esta proveniente de fuentes desconocidas. Y el hecho de que las opiniones médicas discrepen en torno al diagnóstico, desconcierta todavía más y no aporta nada para ir buscando soluciones a este letal problema.

No estoy desconfiando de la capacidad médica. Siempre he admirado el ejercicio de la medicina y creo que es una de las tareas más nobles sobre la Tierra. Pero en tiempos como estos, creo que cada enfermo --o posible infectado-- de Covid, debiera merecer una opinión, si no universal --que sería exageradamente pedir-- por lo menos consensuada entre quienes conocen del caso.

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