viernes, 12 de marzo de 2021

Chambista prepotente

No dudo ni tantito que Alfonso Durazo Montaño tenga toda la intención del mundo de hacer una campaña de acercamiento, de contacto directo (a pesar de la pandemia), de diálogo y todo el etcétera que usted le quiera agregar. Qué bueno si así es.

Pero no sería mala idea para sus estrategas que instruyeran en el mismo sentido a todo el séquito que integra su equipo de campaña, para que se evitaran hechos como el de esta tarde de viernes, en que un sujeto impidió de manera prepotente a reporteros y otros invitados (entre ellos a María Dolores del Río) pasar al interior de edificio que albergará el Conservatorio de Música.

El candidato “morenista” al Gobierno de Sonora fue a conocer el interior de la magnífica obra, y de entre las cosas muy buenas de su visita, fue el compromiso que hizo con Javier Ballesteros López y demás miembros de la Fundación “Fray Ivo Toneck” para, en caso de llegar a ser mandatario, emprender todo lo que sea necesario para la conclusión del edificio y que empiece a funcionar como la universidad de la música que se pretende ahí.

Todo hubiera estado muy bien, previo al evento pro-pandemia que se hizo en la Plaza de los Tres Presidentes. El negro en el arroz fue la actitud del tipo de marras, cuyo nombre desconozco, que aún cuando el señor Durazo es un candidato más, ya se siente seguramente el futuro Secretario de Gobierno, a decir por la actitud déspota y altanera con la que trató a los medios de comunicación, casi dándonos con la puerta en las narices para impedirnos el paso.

Pero lo más cobarde de su petulante acción, fue tratar de salir del paso diciendo que la orden para negar el acceso fue de la dirección del conservatorio. ¡Vaya cretino! Pero por supuesto que me apresuré a desmentir al mentiroso de marras.

Regularmente, son los “chambistas” (los que se meten a las campañas en busca de chamba) los que contaminan el trabajo de los aspirantes oficiales.

La sugerencia es que cuiden más ese tipo de acciones de tontos que se toman atribuciones antes de tiempo. Fuimos varios los reporteros que, después de semejante grosería, optamos por retirarnos del resto de las actividades del señor Durazo.

Y ni ganas de volver a otra visita.

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