miércoles, 23 de junio de 2021

 

En Sonora, una enorme cantidad de personas se han negado sistemáticamente a aplicarse la vacuna contra Covid-19. Argumentos esgrimen de sobra y eso preocupa. Pero si a esa actitud, se le agrega la “genial” declaración de Enrique Clausen  Iberri de que la gente vacunada no tiene garantía de sobrevivir a un eventual contagio, entonces el hablantín Secretario de Salud se convierte en enemigo de la campaña de vacunación del Gobierno Federal.

El funcionario lo plantea de manera veladamente amenazante: “la vacuna reduce la mortalidad, pero existe la posibilidad de que te contagies y de que no te vaya bien.” Y en medio de sus alarmantes “deducciones”, advierte que los contagios se han disparado, y casi al mismo tiempo, ayer martes se desdijo al declarar que en el Estado hubo 76 infectados y ningún fallecimiento.

El resultado electoral atrofió la mente del Clausen del cuento. No le funcionaron el mundo de diarias declaraciones y su “preocupación” por la salud de los demás. Al concluir la presente administración estatal se quedará sin alternativa de chamba, sabrá Dios por cuanto tiempo. Y peor todavía, en la mira del gobierno que está atacando desde su ya endeble trinchera por el tema de las farmacias propiedad de su familia y paridas al abrigo del mismo gobierno estatal a través de Isssteson. Hay una investigación todavía al respecto.

Ahora de nuevo amenaza a empresarios, restauranteros, músicos y un amplio sector de la sociedad con el cierre de negocios para evitar el crecimiento de la pandemia. ¿Podría explicar el “capaz” funcionario dónde estaba cuando se realizaron mítines políticos a los que acudieron miles y miles de personas durante la campaña de proselitismo? No canceló eventos políticos por su esperancita de volver a acomodarse en un cargo público, y ahora sí cancela eventos de donde mucha gente saca recursos para comer. ¿Será que el virus vacacionó durante el proselitismo, señor Secretario?

Por lo claro: sin duda, la pandemia por Coronavirus es un grave problema de salud. El asunto debe ser cuidadosamente manejado por las autoridades del área sin interferencias políticas. Aquí el problema es que él pertenece a un gobierno priísta agónico que evidentemente podría estar buscando causar incredulidad en el ejercicio de vacunación que realiza en el país el gobierno federal, que, dicho sea de paso, la comunidad mundial lo advierte efectivo.

Lo peor que se puede hacer en estos momentos es crear todavía más incertidumbre y golpear de nuevo a quienes consideran como actividades comerciales no esenciales. Se les olvida que es gente de la que económicamente también dependen muchas familias, que también se alimentan y pagan energía eléctrica y demás.

Claro… él tiene su abultada quincena segura y un buen negocio que le ha dejado el servicio público en lo particular.

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