En Sonora, una enorme cantidad de personas se han negado sistemáticamente a aplicarse la vacuna contra Covid-19. Argumentos esgrimen de sobra y eso preocupa. Pero si a esa actitud, se le agrega la “genial” declaración de Enrique Clausen Iberri de que la gente vacunada no tiene garantía de sobrevivir a un eventual contagio, entonces el hablantín Secretario de Salud se convierte en enemigo de la campaña de vacunación del Gobierno Federal.
El funcionario lo plantea de
manera veladamente amenazante: “la vacuna reduce la mortalidad, pero existe la
posibilidad de que te contagies y de que no te vaya bien.” Y en medio de sus
alarmantes “deducciones”, advierte que los contagios se han disparado, y casi
al mismo tiempo, ayer martes se desdijo al declarar que en el Estado hubo 76 infectados
y ningún fallecimiento.
El resultado electoral atrofió
la mente del Clausen del cuento. No le funcionaron el mundo de diarias
declaraciones y su “preocupación” por la salud de los demás. Al concluir la
presente administración estatal se quedará sin alternativa de chamba, sabrá
Dios por cuanto tiempo. Y peor todavía, en la mira del gobierno que está
atacando desde su ya endeble trinchera por el tema de las farmacias propiedad
de su familia y paridas al abrigo del mismo gobierno estatal a través de
Isssteson. Hay una investigación todavía al respecto.
Ahora de nuevo amenaza a
empresarios, restauranteros, músicos y un amplio sector de la sociedad con el
cierre de negocios para evitar el crecimiento de la pandemia. ¿Podría explicar
el “capaz” funcionario dónde estaba cuando se realizaron mítines políticos a
los que acudieron miles y miles de personas durante la campaña de proselitismo?
No canceló eventos políticos por su esperancita de volver a acomodarse en un
cargo público, y ahora sí cancela eventos de donde mucha gente saca recursos
para comer. ¿Será que el virus vacacionó durante el proselitismo, señor
Secretario?
Por lo claro: sin duda, la
pandemia por Coronavirus es un grave problema de salud. El asunto debe ser
cuidadosamente manejado por las autoridades del área sin interferencias
políticas. Aquí el problema es que él pertenece a un gobierno priísta agónico
que evidentemente podría estar buscando causar incredulidad en el ejercicio de
vacunación que realiza en el país el gobierno federal, que, dicho sea de paso,
la comunidad mundial lo advierte efectivo.
Lo peor que se puede hacer en
estos momentos es crear todavía más incertidumbre y golpear de nuevo a quienes
consideran como actividades comerciales no esenciales. Se les olvida que es
gente de la que económicamente también dependen muchas familias, que también se
alimentan y pagan energía eléctrica y demás.
Claro… él tiene su abultada
quincena segura y un buen negocio que le ha dejado el servicio público en lo
particular.
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