Sentados uno al lado del otro, tras unos dos minutos de silencio, respira profundamente y se recarga en el sillón sin quitarme la vista. Después, como midiendo cada una de sus palabras, me dice: “está muy difícil, amigo. Esto definitivamente no es como se ve de afuera…”
Platicábamos Luis Fuentes
Aguilar, actual alcalde empalmense, y un servidor, sobre una de las múltiples
deudas que dejó su antecesor Miguel Francisco Genesta Sesma, íntimamente ligada
a los problemas de inseguridad que agobiaron a los empalmenses durante su
administración concluida apenas en días pasados.
Luis advirtió, como candidato,
todas las irregularidades que se evidenciaban durante el período de gobierno
anterior. Como hombre de perspectivas positivas, consideró que para hacer las
cosas bien, la voluntad es elemental. Y asumió el gran reto de convertirse en
el alcalde sucesor. Si algo le sobra es precisamente voluntad.
Muy pronto se dio cuenta de
que aquello no eran solamente irregularidades. De entrada recibió la
información en el sentido de que cerca de 60 millones de pesos “desaparecieron”.
Es decir, se cobraron pero no entraron a las arcas del municipio, en una
operación que involucró a Protección Civil, Dirección de Ecología, Desarrollo
Urbano y la misma Presidencia Municipal.
Pero el desaliento le duró apenas un par de minutos más. Ya superada la preocupante reflexión, me miró a los ojos de nuevo y me dijo: “se fueron de paso, pero ¿sabes qué?, no pienso dejar las cosas así. Vamos a hacer las auditorías necesarias, iremos ante las instancias que corresponda y se va a proceder en consecuencia”, agregó decidido.
Ya más animado, incluso
relajado, me comentó que la falta de recursos no será pretexto para justificar
malos resultados. “Como te lo dije en varias ocasiones, tengo la voluntad y voy
a hacer lo que tenga que hacer para cumplir mi compromiso con la gente de
Empalme. El panorama se advierte gris, pero no imposible”, advirtió.
Conozco a Luis desde hace
muchos años. Nunca hemos coincidido en la misma cabina de radio, pero ser
colegas nos llevó a una estrecha amistad. Y el resto de los compañeros
locutores seguro comparten mi opinión. Es un hombre de nobles ideales, de sanos
propósitos y de pensamientos positivos.
Creo que le va a ir bien…
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