martes, 8 de febrero de 2022

Mundo chismoso... y mitotero

En 1998, Abraham Zabludovsky difundía los detalles relativos al escándalo sexual entre el entonces Presidente estadounidense Bill Clinton y la becaria Mónica Lewinsky cuestionando la actitud de lo que él llamó entonces “un mundo chismoso”, ávido exclusivamente de la información relacionada al affaire íntimo, en tanto el planeta, como también hoy, se convulsionaba en medio de problemas realmente graves.

Con sólo una palabra, el entonces comunicador describió a todo habitante de La Tierra. El ansioso interés de saber a fondo la vida de los demás, sobre todo en los detalles que por lo regular son ficción, es condición humana. Desde los más connotados personajes hasta el más humilde trabajador, en el país que sea, alguna vez todos nos interesamos con saber algo más de alguien en especial. Aunque lo neguemos.

Sin embargo, hay gente que hace de su “interés” morboso una forma de vida. Un ejercicio en un salón de clases demostró que una primera conversación entre dos personas y difundida por cada una a otras, finalmente no tiene parecido alguno con la original. El agregado cambia diametralmente la versión primera, y la distorsionada es la que más queremos escuchar. Ni modo.

No me sorprende, porque es una práctica común en nuestra querida región. Sin embargo, no deja de impresionarme cómo la vox populi describe hechos imaginarios con detalles tan precisos y aparentemente perfectos, que dan como suceso real situaciones que surgen precisamente de esa ingeniosa (hasta eso) creatividad para inventar chismes.

En el caso (escándalo ya… otra vez) de la detención del regidor guaymense Iván Acevedo Sauceda, y del funcionario de Empalme Roberto Palafox Suárez entre otras personas, tras la denuncia del ex diputado local Rodolfo Lizárraga Arellano, la  versión de la fiscal general del Estado, Claudia Índira Contreras Córdova indica que el tema se refiere a operaciones delictuosas derivadas de deudas contraídas con anterioridad, según durante campañas políticas.

La investigación, se dice oficialmente, llevó a sospechar de la participación de los personajes detenidos en un asalto cometido en la casa del ya ex legislador en un presunto intento de recuperar ese dinero, algunos millones de pesos, se dice --insisto-- oficialmente.

Inmediatamente la voz popular entra en completo desacuerdo y establece versiones que van muchísimo más allá --al modo, ya sabemos—y hasta desafían la información oficial, distribuyendo comentarios cuyo único sostén es el “andan diciendo”. Sólo eso.

Es un tema profundamente lamentable. Sea cual fuere el resultado, es un asunto muy delicado, que perjudica a familias y personajes conocidos, pero que también podría destapar cloacas ocultas duramente mucho tiempo.

Lo único que sí está totalmente comprobado, amigo lector, es que ese “mundo chismoso” al que se refería el Abraham del cuento… en Guaymas sigue felizmente disfrutando.

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