Pensar a estas alturas que a Francisco Bueno Ayup se le podría “caer” la candidatura a la presidencia municipal de Guaymas es complicado. “El Paco” es gente de las ultra confianzas del Gobernador Guillermo Padrés Elías y, al menos en estos momentos, no hay otro panista que reúna el perfil para presentar una batalla decorosa en las elecciones de 2012.
Simplemente, “El Paco” le atinó. Cuando declinó a la regiduría en la administración de Antonio Astiazarán Gutiérrez, decidió seguir en su proyecto político al hoy jefe del Ejecutivo sonorense, con quien mantuvo una cercanía directa durante gran parte de la estadía de éste en el Senado de la República, en la misma capital del país. Hubimos quienes lo criticamos por la decisión tomada, porque en aquellos tiempos se veía muy complicado ganarle al cacique político de Sonora. Sin embargo, “El Paco” le atinó.
La noche del 5 de Julio, Bueno Ayup me escribió en el Messenger: “ya ganamos, no lo puedo creer… tengo ganas de llorar”. Me lo comentó minutos antes de que Padrés Elías anunciara su virtual victoria. “El Paco” estaba viendo la consolidación de un proyecto en el que, en principio, sólo habían creído ellos dos. El dominio que ejercía Eduardo Bours Castelo con su PRI Sonora parecía imbatible. Así lo sentían hasta los mismos panistas. Por eso parecía un sueño que el candidato panista se estuviera erigiendo con el triunfo en su bolsa.
“El Paco” pudo haber sido Secretario Particular y hasta Secretario de Gobierno en la administración “padrecista”. Pero hubiera sido demasiado compromiso para emprender un trabajo que le permita “sacarse la espina” después de haber intentado, con resultados adversos, llegar a la alcaldía de Guaymas. El Gobernador ha comprendido las inquietudes políticas de su amigo, y es natural que lo apoye. “El Paco” le atinó ayudándole cuando aquel trabajaba duro para ganar las elecciones en Sonora.
Hay sin embargo aspectos importantes en los que Bueno Ayup debe reflexionar. De entrada, ojalá los acontecimientos político-electorales en los que se vio inmerso el año pasado y la experiencia que hoy vive en el gobierno estatal le hayan servido para adquirir la madurez necesaria para entrar a una disputa de esta naturaleza. Si bien es cierto que en estos momentos, insisto, es el panista que tiene mejor perfil rumbo a la alcaldía de Guaymas, es importante que trabaje fuerte en la recuperación de gente que en su momento lo rodeó y que, en algunos casos, se alejaron muy resentidos.
Además, tiene que presentar, en el momento preciso, excelentes cuentas para poder ser “palomeado” como candidato a alcalde. Es decir, si pretende la nominación, tiene que ofrecer una garantía de triunfo en el proceso de 2012. Guaymas actualmente es de los panistas, pero hay cuestiones que están provocando incertidumbre, sobre todo por lo que se refiere al trabajo de la presente administración pública a cargo de César Lizárraga Hernández. Las cosas no le han salido bien al presidente municipal.
Francisco sabe eso y por eso está trabajando en el fortalecimiento de su imagen. No está en condiciones de perder el tiempo, y sabe que los resultados en el cargo que ocupa ahora serán parte fundamental en su futuro político inmediato. Y más que nada, responder a la confianza que depositarán en él para hacer algo bueno por Guaymas.
A CÉSAR Lizárraga Hernández, Guillermo Padrés Elías lo conoció en Ciudad Obregón. El entonces pre-candidato a Gobernador hacía una visita a Cajeme, y con el apoyo de Ramiro Páez Cruz, el hoy alcalde de Guaymas se acercó a él, y le habló de sus inquietudes de participar en la contienda electoral bajo las siglas del PAN.
A Padrés Elías le cayó bien la actitud de César, y le dio todo su apoyo. Eso es algo que se debe valorar y procurar no hacer cosas malas que parezcan buenas y viceversa. Juntarse con priístas podría no ser tan recomendable para el munícipe guaymense.
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