La disputa por la posesión del PRI en Sonora se pondrá bastante interesante. A estas alturas se puede considerar que las barajas que presentarán los dos grupos en pugna ya están definidas: Antonio Astiazarán Gutiérrez por el PRI Sonora y Julián Luzanilla Contreras por el PRI nacional. Con uno se busca la preservación, con el otro la recuperación. Será un choque realmente impresionante.
El asunto reviste especial importante a partir de que reapareció en la escena pública el ex gobernador Eduardo Bours Castelo. Después de la histórica derrota que sufrió el año inmediato anterior el candidato a sucederlo, Alfonso Elías Serrano, el cajemense se niega a digerir el golpe. Antes bien, se juega su última carta y busca en la imagen del ex alcalde guaymense recuperar el terreno perdido. Sabe que el único de sus allegados que podría ganarle a sus enemigos del PRI nacional es Astiazarán Gutiérrez, si es que el juego es limpio.
De ser así, Bours Castelo se recuperaría sustancialmente y buscaría el reposicionamiento para llevar adelante los proyectos políticos que quedaron truncos cuando Guillermo Padrés Elías ganó el proceso electoral en la competencia por el Gobierno de Sonora. Y a decir verdad, una recuperación política del ex gobernador después de la descomunal derrota sufrida podría darle una mayor fuerza, lo cual preocupa naturalmente a la gente que mueve los hilos desde la capital del país.
A propósito de Elías Serrano, su presencia en el acto de apoyo para Claudia Pavlovich Arellano, a quien los priístas hermosillenses prácticamente ya la hicieron dirigente estatal sin tomar en cuenta al resto de los militantes en Sonora, deja evidencia clara de que el ex candidato a Gobernador no quiere volver a saber nada de su ex jefe.
Si el PRI hace una competencia interna limpia, y como resultado Luzanilla Contreras surge como el nuevo dirigente estatal del partido, funcionaría la estrategia armada entre los poderosos dirigentes nacionales y literalmente se estaría recuperando el estado de Sonora (en la política priísta, claro), lo cual permitiría la integración de proyectos interesantes para el 2015 y, de seguir las cosas como están, beneficiar sólidamente a Carlos Ernesto Zataráin González en sus inquietas --y legítimas-- aspiraciones por ser un día candidato al Gobierno de Sonora.
Son movimientos internos de los priístas, cuya división llevó al escenario político que hoy se observa en Sonora. La reunificación del gremio tricolor se sigue observando complicada pero ya no tan imposible. De ellos mismos dependerá que el Estado pueda recuperarse en 2015.
LOS QUE prácticamente quedaron “borrados del mapa” político en Sonora son los perredistas Juan Manuel Sauceda Morales y Petra Santos Ortiz. El primero pagó muy caro el costo de su novatez política, tras creer lo que le dijeron en torno a su candidatura al Gobierno de Sonora y las posibilidades de ser mandatario estatal. Hoy ya nadie se acuerda del ex alcalde y ex diputado empalmense.
Doña Petra quizá seguramente está ocupando algún cargo de quinta, tras entregarse prácticamente a quienes manejaban la “tenebra” política y convertir al partido amarillo en un pretexto barato para beneficiar a otros. Su ventaja es que nunca ocultó sus verdaderas intenciones, ya que por su mente jamás pasó la remota posibilidad de ganar una competencia electoral.
Así es esto.
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