Creo que Javier Caraveo Rincón está haciendo, como alcalde, lo que le ha dictado su conciencia siempre como persona, lo que dicho sea de paso, le ha permitido contar con una buena imagen ante la opinión pública. Nadie llegaría a una alcaldía a deteriorar la imagen pública que ha costado mantener toda una vida.
Precisamente por eso, quizá después de pensarlo muy poco, decidió hacer lo que muchos alcaldes debieran: denunciar formalmente a quienes, habiéndolo antecedido, incurrieron en graves faltas en el manejo de los recursos públicos. No haberlo hecho, por lógica, le podría perjudicar, ya no digamos en su carrera política, sino en el lugar en el que lo tiene la opinión pública.
Ahora bien, como lo comenté en alguna ocasión anterior, quizá don Samuel Rodríguez Sánchez, ex alcalde priísta, no haya sido quien metió las manos indebidamente al cajón del dinero público. Pero para infortunio del empresario empalmense, seleccionó a personas que no se tocaron el corazón para meterlo en el lío en el que ahora está. Total, ellos podrían no salir tan perjudicados como el ahora ex munícipe.
Cabe mencionar que don Samuel llegó a la presidencia municipal prácticamente en las mismas condiciones que Caraveo Rincón, entratándose de la imagen pública. Con una trayectoria a su favor como buen patrón y gente de mucho trabajo, se llegó a pensar que haría un extraordinario trabajo como alcalde. Fue tan cuestionado su trabajo, que perdió vergonzosamente en sus propósitos por ser el primer diputado local del distrito de Empalme.
Ahora don Samuel arrastra con ese estigma que con esta denuncia crece más ante la apreciación de los empalmenses. Los comentarios más “livianos” en su contra son en el sentido de que malversó recursos públicos. Si lo hizo personalmente o no, el único responsable de todo es él, por lo que tendrá que enfrentar una situación legal bastante complicada. Eso, mientras los presuntos verdaderos responsables estarán tranquilamente leyendo las noticias al respecto en sus casitas.
Quizá el que más lo sienta en estos momentos sea Caraveo Rincón, quien nunca tuvo una imagen precisamente de peleonero. Pero primero es lo primero, y no quedará el actual munícipe como cómplice de presuntas mañosadas en el manejo del dinero de los empalmenses. Si la justicia encuentra que don Samuel es responsable y se aplica, quizá Javier se sienta mal, pero su imagen quedará limpia de nuevo ante todos.
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A la regidora Marisela Rodríguez le dieron, en Banamex sucursal Miramar, un billete falso de 500 pesos. Fue y reclamó, y lo único que consiguió fue que el gerente de la institución le insinuara que quería pasarse de viva. El tipo se lavó las manos y simplemente negó que ahí se hubiera entregado.
Conozco a Marisela y sé que dijo la verdad. Tuvo más prudencia, y declinó a seguir exigiendo que le cambiaran el billete. Optó sin embargo por difundirlo entre los medios para que la gente tenga cuidado, porque es precisamente por estas fechas cuando los billetes falsos empiezan a circular con una facilidad pasmosa.
Por otra parte, la verdad es que pudo haber presentado una denuncia contra el gerente del banco, porque el trato que recibió, aparte de que no fue precisamente de un caballero, no lo merecen quienes confiamos en esa institución.
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