Política y el fin de año…

En vísperas del fin de año, la efervescencia política pareciera recrudecerse, sobre todo cuando siguen tratando de asomar la cabeza pretensos necios, quienes a pesar de no contar con las más mínimas posibilidades de llegar a una candidatura razonable, siguen haciéndose los “aparecidos” en eventos públicos, en un desmedido y loco afán de figurar donde de plano no pueden.
Siempre ocurre lo mismo. Buscar una candidatura y después un puesto de elección popular no es malo. Definitivamente no. Pero a eso se debe recurrir cuando realmente se tiene posibilidad de, al menos, tener una participación decorosa. En la historia política de estados y municipios, ha habido muchos que solamente hicieron el más pobre ridículo tras haber aparecido en las boletas electorales.
Y por lo que vemos, esto seguirá ocurriendo. Hay gente necia, terca, obcecada, que creen que pueden ser candidatos simplemente por qué si, por capricho propio o ambición muy personal. Creen que por que les sonríe su familia o el vecino, ya hay millares de personas más que anhelan verlos investidos como servidores públicos. No ven más allá de sus narices, y cuando finalmente consiguen llegar a una candidatura apoyados por amiguitos en los partidos políticos, reaccionan sólo cuando se dan cuenta de la mínima cantidad de votos recibidos que, vaya, ni siquiera a una regiduría les permite llegar.
Lamentablemente, los partidos políticos son los principales promotores de esos ilusos, más todavía en los casos de los llamados partidos chicos, desde donde se gestan candidaturas en ocasiones de gente que ni siquiera vale la pena, pero que ambicionan estar tres años de holgazanes, haciendo como que trabajan desde una regiduría sin tomar en cuenta la gran responsabilidad que hay en ello. Sólo ven la posibilidad de un sueldo seguro.
Alguien tiene que abrirles los ojos, alguien tiene que decirles que sólo les interesa verlos en un puesto público a aquellos que creen que por ese simple hecho también conseguirán chamba durante tres años. Pero ante la opinión pública, son sólo advenedizos, interesados, zánganos que ven sólo por su propia conveniencia simulando un deseo de servir más falso que su propia conciencia. Alguien tiene que ponerlos en su lugar.
Los partidos políticos tienen la obligación de ofrecer buenas opciones al elector. Sus respectivos principios son bellas historietas que a cualquiera ilusionan, pero tras de ellas se esconden muchos oscuros intereses que benefician sólo a unos cuantos. Mientras sigan proponiendo a buenos para nada, algunos de los cuales llegan por obra y gracia de un absurdo beneficio que ofrece la Ley electoral, los partidos seguirán siendo cómplices de la situación política que vive México.
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A PUNTO de concluir este espantoso 2011, varias son las figuras que se pueden considerar más seguras para estar en el movimiento electoral del año por iniciar. En algunos casos se da prácticamente como un hecho, pero en otros hay muchas dudas aún.
En el PRI sólo podría considerarse prácticamente seguro para la candidatura a la diputación federal Marcos Ulloa Cadena. Al parecer no tiene contendiente para ir en busca de esa posición hoy en manos de José Luis Marcos León Perea, quien llega a la recta final disputándole a Otto Claussen Iberri la candidatura por la alcaldía de Guaymas.
Se rumora, sin embargo, que Claussen Iberri traería ya la candidatura “en la bolsa”, en tanto que León Perea habría solicitado la delegación de Sedesol una vez convencido, supuestamente, de que “El Alemán” será quien encabece la fórmula en el Municipio de Guaymas.
Susana Corella Platt y Ramón López Meza son quienes entrarían también en la recta final para tratar de quedarse con la candidatura por la diputación local, la primera apoyada por el grupo de Antonio Astiazarán Gutiérrez y el segundo confiado en la presencia que tiene Ernesto Gándara Camou, quien pelea fuerte por llegar a la postulación para senador por Sonora.
No se descarta, sin embargo, que entrando el año surjan algunas figuras que vendrían a remover más las cosas al interior del tricolor.
Mañana seguimos.