Un debate sin ganadores...

En los debates como el de ayer domingo, entre candidatos presidenciales, no hay ganadores ni perdedores. Simplemente es una exposición de ideas que aprovechan algunos para golpearse mutuamente y tratar de cambiar la intención de voto a su respectivo favor, y son sus propios seguidores quienes los ubican como triunfadores. En lo particular, considero que ninguno ofreció algo diferente, algo que nos haga pensar que en sus manos estaría seguro el buen rumbo de nuestro país.
Los panistas dicen que ganó Josefina Vázquez Mota mientras los priístas consideran que Enrique Peña Nieto arrasó con todos. La izquierda idealizó más a Andrés López Obrador y lo vieron como el más congruente, y muchos más opinan que Gabriel Quadri fue quien mejor desempeño tuvo.
A mi juicio particular, considero que ninguno de ellos ganó, y antes bien, los perdedores somos los mexicanos, porque en la más absoluta realidad, no veo entre ellos al mesías político que venga a enderezar la difícil y cada vez más complicada situación que vive nuestro país. El circo tuvo los mismos números artísticos: un grupo de grotescos actores que, si les fuera permitido, se la pasarían mentándose la madre mutuamente.
Es profundamente lamentable que esto pase, puesto que si algo nos urge a los mexicanos es confianza en alguien que realmente ofrezca un rumbo diferente para el México que queremos. Uno de esos cuatro personajes será el próximo Presidente de México, y desde ahora advierto dos cosas: no será elegido por la mayoría de los votantes, y la otra, no cambiará en mucho la vida trastornada de los mexicanos. Lo menos que se espera son otros seis años de desorden y graves diferencias políticas, que serán peores después de este proceso electoral.
Dios bendiga a México.
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Desde hoy se perfila un interesante encuentro entre Antonio Francisco Astiazarán Gutiérrez y Marco Antonio Ulloa Cadena por la victoria en busca de la diputación federal por el 04 Distrito Electoral. Ambos candidatos, el primero del PRI y el segundo por la alianza PRD-PT-MC, han sido los que se “la han partido” en la búsqueda de los votos suficientes que los pongan en la pelea por dicha posición.
Los triunfos se ganan, y en ese sentido, tanto uno como el otro han emprendido una campaña que tiene un aderezo muy importante: ha habido respeto mutuo entre ambas partes, cuestión fundamental para que los futuros electores veamos con más seriedad sus respectivas propuestas.
Astiazarán Gutiérrez se mueve “como pez en el agua” dentro de su jornada de proselitismo, porque es un camino que ya ha recorrido. La experiencia adquirida es demasiado evidente como para negarse, y sus posibilidades de victoria se ven cada vez más cercanas.
Y “El Cachorro de Morena” ha sido una agradable sorpresa para los izquierdistas, inclusive para quienes veían con cierto recelo su nominación como candidato. Se ha convertido en el principal promotor del voto a favor de Andrés Manuel López Obrador, y eso le está redituando múltiples simpatías.
Será una disputa bastante interesante.
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Ya para terminar, he dicho en otras ocasiones que Contraportada no se prestará nunca para desprestigiar moralmente a ninguna persona, trátese de quien se trate. La crítica siempre será bien recibida pero en eso también debe haber un control, y si la intención de ésta es golpear directamente la imagen personal de alguien, más aún, señalar situaciones íntimas y afectar con eso a las familias de los señalados, aquí no lo permitiremos.
Lamentablemente, estos blogs son abiertos a la participación de quien quiera hacerlo, y de eso se aprovechan algunas personas para, desde el anonimato, enderezar críticas a la calidad moral de algunas personas, y eso no puede ser permitido. No ha sido nunca nuestro estilo de trabajo, y aunque en ocasiones la crítica ha sido dura, seguirá siendo sin trastocar los límites del respeto a la integridad moral de la persona.