Si algo urge en Guaymas en estos momentos es un reordenamiento urbano. El desorden en el que nos hemos acostumbrado a vivir en nuestra ciudad no nos permite avanzar en aspectos fundamentales para el desarrollo de una buena sociedad, y eso da la impresión de que, desde hace ya buen rato, el tiempo se detuvo aquí.
Calles en muy mal estado, algunas de ellas en el mero corazón de la ciudad, con hoyancos que además de ser un problema para la circulación vehicular, causas graves y costosos estragos en la economía de los automovilistas, y en algunos casos hasta son motivo de accidentes. No existe un plan de mantenimiento para nuestras arterias, y eso ha provocado que hasta en la misma avenida Serdán tenga uno que andar fijándose más en los hoyos que en los demás vehículos en circulación.
La corrupción de la administración pública durante el mandato de César Lizárraga Hernández mantiene a nuestra ciudad literalmente en penumbras durante la noche. Resulta impresionante que en la misma avenida Serdán, nuestra principal arteria, existan lámparas del alumbrado público sin funcionar, y ni se diga de otras calles, incluyendo modernos bulevares como el “Faustino Félix Serna”, donde además de no funcionar la iluminación pública, hay también marcados deterioros en su pavimentación.
El olvido al que se ha sometido a viejas construcciones que, por su arquitectura, debieran ser un orgullo para los guaymenses y que hoy, lejos de considerarse una reconstrucción, están convertidas en un auténtico peligro para la integridad física de muchos guaymenses.
Y uno de los problemas que en lo particular considero muy perjudicial, que inclusive atenta contra el reglamento municipal, es la instalación del tianguis en la calle 10 y la avenida 7, donde a capricho de sus locatarios se han mantenido a piedra y lodo, sin que ninguna autoridad hasta ahora haya mostrado competencia y arrestos suficientes para cambiarlos a un lugar donde no impidan el derecho del automovilista de circular libremente por sus calles.
El asunto del tianguis no es tan complicado de resolver, pero hay dos factores que lo han impedido. Por un lado la indiferencia de las autoridades municipales a las molestias que ocasionan al automovilista que circula por esas rúas, y por otro lado el pavor que han tenido éstas, durante siempre, a las amenazas “tiangueriles” de estallar en cólera si alguien se atreve a moverlos un par de milímetros del sitio donde están.
Aquí no es cuestión ni de caprichos ni nada que se la parezca. Es cuestión de ordenamiento, de hacer respetar la ley y de buscar opciones para que nadie resulte perjudicado. Pero todo esto no parecen entenderlo ni las autoridades en turno encargadas de aplicar los reglamentos del Municipio, ni muchos tiangueros, que aún con el desplome que han tenido en sus ventas insisten en no moverse a un sitio más accesible, donde con precios más accesibles podrían mejorar su situación económica actual.
Este tipo de cuestiones tendrá que analizarlas muy bien la siguiente administración que estará a cargo de Otto Guillermo Claussen Iberri, y dejarse ya actitudes medrosas que solo afectan el mejoramiento urbano. Para una correcta aplicación de la ley es necesario ser enérgico, y si se muestra debilidad en ese aspecto no podrá esperarse mucho del futuro inmediato de Guaymas, menos todavía con el olvido al que estamos condenados por parte del Estado en los próximos tres años, ya lo verán.
. .este concepto de Planeación Urbana contiene las tres vertientes la política, la económica y la social; todas tienen un aspecto para su aceptación y su instalación, este aspecto se denomina CONOCIMIENTO/CONCILIACIÓN. .sin estos jamás habrá en esta Ciudad-Puerto armonía urbana.
ResponderEliminar¿porque se dan los permisos para instalarse en la rúas públicas sin tomar en cuenta a la ciudadanía? principalmente a los vecinos afectados?, a eso se le llama gobierno autoritario. Nadie tiene el derecho de invadir una rúa pública, ni el gobierno dar permiso para ello, ya sea para fines comerciales, bailes, reuniones políticas, festejos familiares. En la constitución política, está plasmada que todos tenemos el derecho de transitar por los caminos y rúas, y nadie tiene derecho a impedirlo, a no ser que medie orden judicial para ello.En este caso, los changarreros permanecen allí por sus tanates, porque el intento han hecho de reubicarlos y, nomás se niegan a moverse. ¿y los derechos ciudadanos que?, todos se los pasan por el arco del triunfo valiéndoles madere.Banquetas y calles invadidas y dejadas listas para un hogar para cochis al momento de retirarse los tianguisteros.Que desmother querido y sufrido Guaymas, mejor me voy para los miochis dijo el joto, al cabo que allá no me conocen, y le contesta el otro, ni te vayas, porque allá está invadido por las de acá como nosotras mana.Ni modo, me quedaré en el chiquero.
ResponderEliminarel primer reordenamiento que exige guaymas es meter al bote a cesar lizarraga,monica marin y carlos dueñas por ratas y desatender la ciudad que se cae a pedazos, hoy fui a ley de compras y pasé como siempre por el bulevar benito juarez hasta la sahuaripa donde vivo, cada día está mas lleno de grietas y las llantas de mi carro y la suspencion toda jodida, bote bote bote bote bote bote exigimos bote para estos rateros, 45 millones de pesos tan solo en ese robo se hubiera hecho nuevo y de concreto el bulevar benito juarez o al menos una gran parte si lo hubieran renovado, bote con una calentada como les pegan a los ratas en la carcel asi los queremos ver bote bote bote para los jambos.
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