De nueva cuenta, la polarización en los problemas al interior de las escuelas vuelve a perjudicar a quienes menos culpa tienen de las diferencias entre los adultos: los estudiantes. El conflicto en el CBTIS 40 “reventó” y ahora fueron los maestros los que decidieron suspender las clases en su exigencia de que la directora del plantel sea destituida.
Poco estoy enterado de la situación real que se vive al interior del plantel, y por lo que supongo, la SEC les impuso a una directora cuyo carácter ha chocado gravemente tanto con los maestros como con algunos padres de familia, y hay quienes aseguran que hasta algunos estudiantes se han visto afectados por actitudes fuera de orden de la profesora Magali Arreola Sánchez, quien desde que llegó ha jugado un papel protagónico que derivó finalmente en este conflicto.
Sin embargo, soy de los que conservan la idea de que ningún problema al interior de una escuela, por grave que sea (salvo por casos necesarios), debe ser motivo para perjudicar los cursos académicos de los educandos. Si de por sí la educación en los tiempos actuales está por los suelos, provocar un paro de labores en una escuela es un grave atentado que ninguna autoridad se preocupa nunca por evitar.
En todos los conflictos en los que se involucran los maestros, el estudiante siempre sale perdiendo (aunque para muchos de ellos es un contento la suspensión de clases). Si es por reuniones sindicales, si es por reproches al gobierno, si es porque vino un dirigente o simplemente porque “parió la gata”, cualquier motivo es más que suficiente para convocar a la suspensión de actividades.
En torno a este asunto, yo preguntaría a los maestros del CBTIS 40: si el problema es con la SEC porque no autoriza la destitución de la maestra, ¿por qué razón no van y hacen su protesta frente a las instalaciones de esa dependencia? ¿Cuál es su verdadera vocación de servicio: enseñar a los estudiantes o mandarlas al demonio por un asunto que ya tiene tintes de personal? Con todo respeto, pero creo que equivocaron la medida.
He platicado con algunos padres de familia en torno a este asunto, y están bastante indignados por la actitud de los docentes. Para ellos, que dicho sea de paso están de acuerdo en la destitución de la directora de marras, la suspensión de clases que afecta directamente a sus hijos no era la mejor medida. Un reclamo directo ante las oficinas de la SEC hubiera sido suficiente para llamar la atención. Pero optaron por lo peor: afectar a sus chamacos.
Es permitido protestar, pero hay otros con derechos que no deben ser atropellados.
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Me llegó un correo firmado por un tal Juan Molina. Dice así “No a la imposición de Peña rata, muerte a Televisa y todos los medios comprados tal como tu”. Fue en respuesta a la columna titulada “No a la imposición… sí al vandalismo”, en la cual reitero que yo no voté por Peña Nieto.
No sé, quizá se trate de alguien que sí está de acuerdo con las turbas enloquecidas que para renegar del gobierno destruyen patrimonios ajenos. Es la única explicación que podría entender a su incomprensible comentario.
En fin. De todas formas, gracias por leerme.
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