martes, 22 de enero de 2013


Lo que se advertía ayer lunes como un ríspido enfrentamiento entre autoridades del Municipio y miembros de la organización “Antorcha Campesina”, repentinamente se convirtió en un encuentro en el que el alcalde Otto Guillermo Claussen Iberri terminó recibiendo el reconocimiento de las decenas de personas que por varios minutos provocaron desconcierto vial al marcha por gran parte de la avenida Serdán.
Los protestantes se detuvieron frente a las instalaciones de Infonavit entre las calles 21 y 22 donde  lanzaron fuertes arengas en contra de la institución, y enseguida se dirigieron hacía Palacio Municipal, exigiendo a gritos, durante la marcha, ser atendidos por el Alcalde. Menuda sorpresa se llevaron cuando llegaron frente a la “casa de piedra” y Claussen Iberri, en persona, los estaba ya esperando para dialogar con ellos.
No lo esperaban, algunos de ellos se vieron sorprendidos. Más todavía cuando el alcalde apoyó una a una las exigencias que hacían durante su marcha, en las que se incluyen la reducción a los altos costos por el consumo de energía eléctrica. “Estoy totalmente de acuerdo con ustedes…” les manifestó el munícipe durante la conversación que tuvo con los dirigentes del movimiento.
Al final, el alcalde recibió aplausos y gritos de reconocimiento por su actitud. Fue, en definitiva, una estrategia muy a favor. Algunos pensaron que quizá se escondería en sus oficinas de la Presidencia Municipal, otros que ni se pararía en las inmediaciones del Palacio. Pero el alcalde salió en cuanto le reportaron que habían llegado. Ni siquiera los hizo esperar.
Hay que decirlo; ayer Otto mostró una actitud que sorprendió a varios guaymenses. Terminó la manifestación frente a Palacio, y se quedó durante varios minutos atendiendo a quien quiso hablar con él. Inclusive atravesó la calle y se paró a charlar con varias personas en la banqueta de la Plaza de los Tres Presidentes. Recibió escritos, atendió la conversación con algunas personas y finalmente llegó a las puertas del edificio, donde todavía se detuvo más tiempo para entrar en plática con quienes lo esperaban. Es decir, se comportó como debe ser un alcalde auténtico.
Hay que criticar acremente lo que veamos mal en una administración, pero también debemos reconocer cuando las cosas se intenta hacerlas bien. Ayer yo vi una actitud de Otto que, como ciudadano, puedo calificar de responsable. Al menos en lo que corresponde a su atención a quien la reclama.
En Guaymas hay muchísimos pendientes. Asuntos que requieren hasta de respuestas inmediatas. Y creo que si del mismo modo el alcalde los atiende, las cosas podrán mejorar sustancialmente.
COMO agregado curioso a lo de ayer, al terminar el Otto su encuentro con los “antorchistas”, los medios lo rodearon para una improvisada conferencia de prensa, y a cada pregunta que le hacían al alcalde, una señora involucrada entre los reporteros, les reprochaba: “ya déjenlo en paz, no le hagan preguntas, traen “juído” (sic) al pobre Otto”… quería quedar bien, pues.

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