Cuando Barack Obama se inserta emotivamente en la trama que rodea el caso de Trayvon Martin, el joven negro que resultara muerto a manos de George Zimmerman, un hombre de raza mixta que parece blanco, le dio al caso el carácter autoritario que los presidentes de otros países les dan a temas que competen exclusivamente al ámbito judicial. No son pocos –de hecho son muchos…demasiados- quienes han elogiado el hecho que el presidente de los estados Unidos de América –él mismo de raza negra- haya hablado del caso, aunque haya sido tan abiertamente racista.
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