A unos nueve meses de que concluya el proceso electoral y la ciudadanía acuda a las urnas a votar por los futuros gobernantes, los ofrecimientos que algunos adelantados están haciendo a la comunidad no logran despertar el más mínimo interés. Es decir, los auto nombrados pre candidatos para la lid electoral, no prenden.
En Guaymas, Manuel Villegas Rodríguez está en una afanosa y exhibicionista campaña de proselitismo. Su caso, como el de otros más, es impresionante. Se atropelló salvajemente la Ley Electoral y hoy recorre barrios y colonias pidiendo abiertamente el apoyo para ser Presidente Municipal de Guaymas, mucho antes de que el PAN, partido al cual no pertenece oficialmente, lo postule como su abanderado.
Para Manuel, la prudencia pasó a segundo término. Completamente desbocado tiene “pintas” con su logo de campaña de proselitismo en decenas de bardas y visita los diferentes sectores manejando su imagen cual si fuera candidato oficial. Hay quienes dicen que desde el Gobierno del Estado, donde labora como Jefe de la Oficina de Gobierno, le dijeron que no se preocupara. Que no tomarían en cuenta las faltas a la Ley. Cierto o mentira, él sigue en campaña.
Sin embargo, tiene un problema. Las reuniones con vecinos, las cuales encabeza con entusiasmo pero con un discurso impreciso, no han logrado despertar el interés de la gente. Baste ver las gráficas de su campaña proselítica para darse cuenta de que la mayor parte de personas son mujeres y niños. Y algunas de ellas están más preocupadas porque se hace tarde para ver la novela. Se confirma, pues: en las palabras de los políticos ya nadie cree. Menos ahora que el PAN está siendo duramente cuestionado por el actuar de su gobernador y quien aspira a ser su sucesor, entre otros.
Pero igual sucede con otros que también ya andan haciendo abiertamente su lucha, “preocupados” hoy por los problemas de los ciudadanos, a quienes dicen resolverles sus problemas más graves regalándoles galletitas, balones o un cuaderno. Priístas, panistas y hasta los izquierdistas han demostrado que sus discursos son piezas de palabrería hueca que sólo buscan mantener en los cargos públicos a los tradicionales vividores del erario. Y por eso la gente ya no cree en los políticos.
Advierto, que la jornada electoral de 2015 será la más dramática en cuestión de abstencionismo. La guerra pre electoral empieza a abrir sangrientas heridas y es sólo apenas el principio. Las acusaciones entre los ambiciosos del poder no van a encontrar límites en las próximas semanas, y eso, quieran o no, alejará a miles y miles de personas de las urnas, que finalmente, es lo que buscan los políticos. Es la forma más fácil de inventar victorias, pues.
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