Pues sí, son muchos los que andan hoy alborotados por convertirse en los candidatos del proceso electoral 2015. Algunos quieres ser alcaldes, otros diputados (local o federal, lo que caiga es bueno) y los menos ambiciosos se conforman con una regiduría. Todo sea con el afán de cobrar durante tres años sin hacer nada.
Es precisamente la presencia de muchos personajes que se meten a la política sólo para “sacar raja” económica, pero sin tener un pleno conocimiento de lo que significa estar en el servicio público lo que impide tener un gobierno que valga la pena.
Y para mejor muestra, ahí están los alcaldes que no resuelven un solo problema pero salen con sus cuentas bancarias por las nubes; o regidorcillos (as) que sin saber nunca lo que es esta responsabilidad, ganan 700 mil pesos en tres años (sólo de sueldo, aclaro) por estar de inservibles todo ese tiempo.
De todos estos, sin embargo, incluyendo los que pretenden ser candidatos al gobierno, en el caso de Sonora, no he escuchado hasta ahora una propuesta congruente, factible, prometedora, respecto a los muy graves índices de criminalidad y delincuencia que vive nuestro estado, hoy inmerso en una crisis dentro de ese rubro, como nunca antes.
El actual gobierno de origen panista sirvió para maldita la cosa. Hoy el problema de las adicciones en escuelas de nivel medio básico crece desmesuradamente. La delincuencia sienta sus reales en todos los rincones de la entidad. La sociedad se convulsiona en medio de hechos insólitos, y las denuncias por corruptelas se multiplican. Claro, aprovechándose la coyuntura electoral.
Los priístas creen que esto último es suficiente para tener gobernadora, pero hasta ahorita se han preocupado más por cuestionar a los actuales invirtiendo carretadas de dinero para eso, pero ni el equipo de Claudia Pavlovich Arellano ni ella misma, platican algo relacionado con el crimen organizado que impera en Sonora. ¿Tendrán prohibido el tema?
Ayer, un grupo de delincuentes de tipo cholo mataron a golpes y navajazos a un joven de 26 años en Hermosillo. Hace tres días, un hombre asesinó a golpes a un chiquillo de 3 años. En la zona yaqui, literalmente a diario se cometen sangrientos crímenes. Todo esto mientras el mentado “semáforo” de las autoridades policiacas arroja números alegres. ¡Mentirosos!
Y los politiquillos que con aire triunfalista andan ya “encampañados” se hacen los “occisos” (por no decir pendejos, perdón), ni siquiera mencionan el tema. ¿Para qué? De antemano sabemos que a los políticos lo último que les importa es el tema de la inseguridad, habida cuenta de que ellos tienen recursos suficientes para pagar equipo de guaruras. “A’i se la echan” los pobretones.
Sonora va mal y de malas. Se van a invertir millones y millones de pesos por parte de los “gándaras”, “pavlovichos” y demás fauna de acompañamiento. Van a venir con el vetusto cuento de prometer seguridad cuando anticipadamente saben que mienten. La política es un negocio y así lo ven. Lo demás sale sobrando.
Yo no creo en NINGUNO de ellos. Acudiré a votar porque es mi obligación y mi derecho. Pero entre los que me inspiran una absoluta desconfianza, como el par de mencionados, simplemente tacharé toda la boleta para que no dejarla en blanco y se vayan a robar mi voto.
Ya he votado en varias ocasiones por candidatos a gobernadores, y la decepción ha sido la misma. Al final resultan vulgares ladronzuelos, a quienes la ley sólo los obliga a destruir presas o hacerlos candidatos de nuevo.
Por los demás… ya lo pensaré.
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