El problema de los candidatos al Gobierno de Sonora, que en el segundo y último debate fustigaron fuerte la corrupción, es que todos, absolutamente todos, de una u otra forma se han visto inmersos en acusaciones de corrupción en mayor o menor medida.
Es decir, es poco probable que alguno de ellos pueda tener la voz completa al referirse al tema, porque finalmente, todos han sido arropados de alguna manera por un sistema de gobierno que se ha caracterizado siempre por corrupto.
Desde que tengo uso de razón, he escuchado a candidatos que se refieren al tema de la corrupción como uno de los problemas prioritarios a eliminar. Sin embargo, la historia describe claramente que los niveles de saqueo en estados y municipio, y obviamente a nivel federal, cada vez son más elevados, lo que indica claramente que lo que menos interesa erradicar al llegar a un cargo público es precisamente el mal manejo de los recursos públicos.
¿Por qué creerles a quienes hoy están enarbolando la bandera de la honestidad y comprometiéndose a eliminar de tajo a cuanto corrupto intente adherirse a sus futuros planes de trabajo?
Es muy difícil convencer a la comunidad de que hay un sano propósito de limpiar las dependencias de gobierno de gente mañosa y sinvergüenza. Con tantas promesas venidas de una clase política de todos colores que ha mentido continuamente, no se puede revertir el daño tan fácilmente.
Hoy la desconfianza es el común denominador entre quienes tienen a la mano la credencial para ir a votar el 7 de Junio. Se espera, para esta jornada, que acudan a las urnas sólo los candidatos, los familiares de estos y sus amigos más cercanos, y todos aquellos que de alguna u otra manera estén advirtiendo algún beneficio personal con los cambios de gobierno en todos sus niveles.
Al resto de la gente ya no le atrae tanto la idea de ir a pararse dos o tres horas para hacer fila y llegar finalmente a la casilla donde depositará un voto que no le garantiza beneficio alguno. La historia, finalmente, casi se sigue escribiendo igual. Sólo cambian los actores.
No obstante, es recomendable que el primero domingo de junio vaya usted a la urna que le corresponde a depositar su voto.
Lo único que sí se puede sugerir aquí es que lo haga a favor de aquel que usted considere que pueda ser una garantía de honestidad, que es lo más difícil.
Buen día.
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