A pesar del ardiente calor,
siguen sin prender el aire acondicionado cobrando la tarifa aplicable
Como una infamia, además de
excesivo abuso, califican usuarios del servicio de transporte urbano la rotunda
negativa de los concesionarios de poner en uso el aire acondicionado en las
unidades, aun cuando las temperaturas en la región han alcanzado ya los 40
grados centígrados.
“¡Qué van a prender el aire
estos hijos de la ch….!”, respondió furiosa una usuaria que a diario usa las
unidades de la ruta Marsella, quien señaló que regularmente se sienta hasta la
parte de atrás “porque cuando abren la puerta al menos entra un poco de aire”,
subrayó en tono muy molesto.
Otro usuario manifestó que ha
tenido al menos un par de discusiones con choferes de los camiones, porque
estos, quizá hartos de estar recibiendo las quejas del pasaje, responden de
mala manera. “Puedo entenderlos, pero que los dueños de las unidades nos
entiendan a nosotros, que somos los que les llenamos el bolsillo de dinero”,
apuntó.
Además de negar el servicio de
refrigeración a sus consumidores, algunos usuarios, “por sus pistolas”,
interrumpen rutas, como el caso de uno de la ruta Marsella, que de un día para
otro dejó de operar. Se desconoce si hubo autorización oficial al respecto.
“Hablé con un pend… de la
Dirección de Autotransporte para preguntarle que si cuándo van a encender los
aires, y me dijo que no les han mandado la orden de Hermosillo. ¿Será posible
tanta idiotez? ¡Allá sí los encienden!”, platicó muy enojada la usuaria.
Agregó que “pedí hablar con el
titular de Autotransporte aquí, y me pasaron con ese burro. Creo que se llama Cristian”,
agregó. Y de paso, detalló que “a la una y media que me voy a mi casa, la
manteca me escurre por todos lados”.
Lo peor de todo es que la
tarifa contemplada para el uso del aire acondicionado se sigue aplicando, por lo que consideran que lo que están
haciendo los dueños del servicio es un abuso que no debe seguirse tolerando,
por lo que urgieron a la intervención de las autoridades estatales a fin de
ordenar al delegado regional a actuar. “¡Y si no, que se largue a su casa!”,
dijo uno de ellos.
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