Don Manuel perdió por culpa de los panistas. Y los panistas van a seguir perdiendo por culpa de ellos mismo. Los panistas quisieron solapar la desmedida ambición corrupta de César Adrián Lizárraga Hernández protegiéndolo incluso por encima del entonces candidato a Presidente Municipal, y en ese absurdo afán llevaron a la derrota a quien comúnmente es el aspirante sobre quien se ofrece mayor protección electoral.
César Lizárraga. |
Y aún cuando la sombra de Lizárraga Hernández hundió literalmente a todos, siguen confiando en una persona que lo que menos inspira es precisamente confianza. Prueba de ello que la reunión que sostuvo Manuel Villegas Rodríguez, Jefe de Oficina de la Secretaría de Gobierno en Sonora, con un grupo de panistas para “convocarlos” a reagruparse, unirse y trabajar “hombro con hombro”, se realizó precisamente en la casa de uno de los alcaldes más corruptos de los que se tenga memoria, el hoy tristemente célebre César Adrián, el mismo al que los panistas quieren premiarlo con un cargo en el Gobierno del Estado. ¿¿Cómo es eso??
Manuel Villegas. |
A mí no me queda duda alguna de que Omar Núñez Caravantes es un hombre bien intencionado. Ha aprendido mucho, ha desarrollado más en lo político y en el servicio público. Es un buen elemento de lo poco que queda rescatable dentro del PAN. Pero creo que haber permitido que la reunión se hiciera en la casa del corrupto ex alcalde fue un inicio desafortunado. Se da a entender que contará con el apoyo de quien ya se siente arropado por las cúpulas del poder en Sonora, aún con la negra historia que lo caracteriza ante los guaymenses.
De tal forma que, para que Núñez Caravantes pueda empezar una tarea de reestructura en el albiazul, es de elemental importancia que se sacuda influencia tan negativa y empiece a trabajar en base a principios políticos personales, que sé que los tiene. Porque de otra forma, con ese tipo de apoyos, las cosas serán muy difíciles para él.
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El día 13 del mes en curso, Javier Millán Vázquez será sometido a doble intervención quirúrgica. Una de ellas es con la aguja de radiofrecuencia magnética para “quemar” un tumor, y la otra, algo delicado también, la aplicación a través de la arteria partiendo de la ingle, de partículas de platino y quimio para embolsar la parte del hígado dañada.
Ambas son muy riesgosas, pero llama la atención el optimismo con que Javier asume el reto, confiando en que la mano de Dios será la que guíe la de los médicos que lo someterán a tan delicado procedimiento.
¡Suerte, Millán!
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