A menos de una semana de iniciadas las campañas de proselitismo en Guaymas, las cosas no “pintan” nada bien para algunos candidatos, y de manera particular, para los postulados por los partidos más populares, en este caso los de PAN, PRI y PRD. En sólo unos días, se han dado cuenta de que la gente acude más a los mítines por interés de ver qué van a regalar, que por comprometer un voto para el próximo siete de junio.
En ese sentido, quienes andan ofertando sus propuestas --algunas de ellas como una monótona letanía de los mismos discursos de siempre-- tendrán que “aterrizar” y darse cuenta de que lo que más urge en estos momentos, es ponerse a trabajar en la promoción del voto. Insisto en que las elecciones en Sonora de este 2015 podrían ser las más olvidadas por la ciudadanía. Se corre ese grave riesgo.
Hay figuras en esta contienda que van a atraer votos de manera automática, y lo más importante, de forma voluntaria. Está el caso específico de la licenciada Sara Valle Dessens, quien ha sido propuesta por el Partido del Trabajo y que busca hoy en día ganar el derecho a quedarse con la diputación local del XIII Distrito en Sonora.
Sara le lleva cierta ventaja a sus oponentes, en este caso específico a Manuel Villegas Rodríguez del PAN y a Walter Decima Pérez del PRI. En el ánimo social todavía vive el resentimiento derivado de la infamia política que se cometió en su contra después de haber ganado, en 1997, la presidencia municipal. Año y medio después, un Congreso estatal amafiado con fuerzas políticas locales y la complacencia del entonces Gobierno del Estado, le revocó su mandato.
Ese resabio, a pesar del tiempo transcurrido, se mantiene en una parte importante de la sociedad, sobre todo de las clases populares, que, quiérase o no, representan un fuerte potencial de votos que podrían ser a favor de quien ha sufrido también las injusticias del corrupto sistema de gobierno. Es decir, con un trabajo de convencimiento bien elaborado, Sara podría ser el más duro enemigo a vencer en la pelea por el escaño número 13 del Congreso sonorense.
Así las cosas, todos ellos deberán tener una coincidencia: están obligados a promover fuertemente dentro de su proselitismo la motivación al voto. Al menos los tres mencionados aparentan ser gente que no gusta del enfrentamiento como método de convencimiento. Será muy importante que se dediquen a explicar a detalle sus respectivas propuestas en materia legislativa y tratar influir en el ánimo de los desconcertados sufragantes.
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