Luz María Ortega empezó a bailar desde antes de nacer,
se movía mucho dentro del vientre de su madre
Luz María
Alfonso Ortega, llegó al mundo un 29 de enero de 1959 en una casa ubicada en la
calle 10 de este puerto, donde aún reside.
En los
primeros años de la infancia, su maestro fue Tirso Z. Molina, quien en el
kínder del Colegio Ilustración, le enseñó un bailable para fin de cursos, de
ahí en adelante, la niña siempre se apuntaba para bailar en los eventos
escolares.
Cuando
llegó el momento de elegir una carrera, fue a la Universidad de Guadalajara a estudiar
danza, profesión de la que se graduó en
1981 con el mejor promedio de su generación.
Esto la
llevó a viajar a la ciudad de México a recibir diploma y medalla por parte del
CONACYT como mejor estudiante de México y desayunar en Los Pinos con el entonces
presidente del país, José López Portillo.
Regresó a
Guaymas y trabajó un año como maestra de danza en el Colegio Ilustración, después,
volvió a Guadalajara a reintegrarse al ballet folklórico de la UDG.
Con este
grupo tuvo numerosas presentaciones, una
de las más memorables fue en el Estadio Azteca de la ciudad de México, durante la inauguración de Mundial Juvenil de
Futbol.
En 1984
regresó a Guaymas y abrió su propia academia, era un tiempo en que solamente
existía la escuela de Tirso Z. Molina, y
este nuevo lugar, enriqueció al
aprendizaje de la danza.
Le nombró Huehuecóyotl
(que en la cultura náhuatl es el dios de la danza, representado por un viejo
coyote), y rápidamente atrajo alumnos que buscaban un espacio para aprender
danza folklórica, danza moderna, baile moderno
y tap.
Platica Luz
María que en los últimos años se conformaron otros grupos de danza folklórica y
en su academia tomaron auge las danzas polinesias, por lo que en 2009 cambió el
nombre de su academia por Luao.
Ha sido maestra
en el Instituto Tecnológico de Guaymas, dirigió coreografías para Carnaval y
con el tiempo se ganó el cariño y
reconocimiento por su labor artística.
Luz María
brilla por sí misma, sin embargo, los guaymenses no olvidan que es hija de
Julio Alfonso Alfonso, el gran beisbolista de Los Ostioneros de Guaymas, de
quien heredó el talento y la disciplina.
“De mi
padre aprendí todo, es el mejor ser humano que conocí, un hombre muy disciplinado y responsable, de
él aprendí la importancia de retirarme a
tiempo del escenario, ahora es de mis
alumnas y yo sigo siendo maestra”.
Por su
academia que a la fecha tiene 32 años ininterrumpidos, han pasado cientos de
alumnos y ella continúa enseñando a niños y jóvenes.
Respecto al
baile, Luz María afirma : “Cuando traes un gusto tan grande desde que naces,
bailar es como respirar, lo hago de corazón, lo disfruto, se me hace algo
maravilloso, y aparte de todas las definiciones que se puedan encontrar en una
enciclopedia, para mí, bailar es como alabar a Dios con el cuerpo”.
Por eso y
mucho más, dentro del festival Mar Bermejo, Luz María Alfonso Ortega, recibirá
este viernes la medalla a la trayectoria y mérito cultural “Fray Ivo Toneck”.
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