¿Aumentar la representación proporcional?
Las recientes declaraciones
del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova
Vianello, lo pintan tal y como es el político que piensa sólo en su estabilidad
personal aunque al resto del país se lo esté llevando el demonio. Dice que
reducir el número de diputados y senadores como medida de austeridad, podría
mermar la democracia.
Y no sólo se detuvo en esa
descabellada cuanto absurda postura. Tuvo la osadía de agregar que, lejos de
mandar a la calle a 200 diputados y 96 senadores, se deben encontrar soluciones
que ROBUSTEZCAN (así lo dijo, que robustezcan) el sistema representativo,
porque todo lo que sea en contrario, lejos de fortalecer la democracia pueden
eventualmente menguarla.
Durante su participación en el
13 Congreso Iberoamericano del Derecho Constitucional, organizado por la UNAM,
Córdova Vieanello señaló que el desafío histórico de
encontrar mecanismos para enfrentar la difícil situación económica, no debe
afectar los instrumentos y las instituciones que defienden
los derechos fundamentales. Escuchó usted bien, dijo que defienden los derechos
fundamentales.
Referente a la propuesta del
Partido Revolucionario Institucional, de reducir 100 diputados y 32 senadores
para disminuir los costos, dijo que es un tema que se debe discutir de manera
pública, ya que se tiene que analizar todas las propuestas que se presenten.
Por lógica suponemos que él, como máxima autoridad del INE, podría fácilmente
proponer que se robustezca la cantidad de legislativos, o sea… más diputados y
más senadores.
Este sujeto es el mismo que en
2015, fue descobijado tras una llamada telefónica grabada de manera
clandestina, en la que al referirse a una persona de origen indígena, de manera
burlesca, majadera, sarcástica y grotesca, lo mencionó como chichimeca, un tema
que provocó una reacción de profunda indignación por parte no solamente de las
etnias del país, sino de una gran parte de la sociedad, que lo identificó como
el clásico riquillo de sangre azul que no tolera a quienes ellos consideran una
raza inferior.
Ahora, este mismo dice que
lejos de poner “de patitas en la calle” a los diputados y senadores
plurinominales para tratar de aliviar un poco la caótica situación económica
del país, se debe incrementar la representación proporcional, lo que deja una
clara evidencia de que a este tipo de personajes les importa un cacahuate que
haya gente que se está muriendo de hambre por la falta de recursos económicos
suficientes, y por el contrario, buscan la manera de jalar más cómplices para
el saqueo del erario.
Quienes han nacido en cuna de
seda, bajo ninguna circunstancia debieran estar dentro de la política, y
lamentablemente son quienes influyen en la toma de las decisiones más
importantes en el país. Hay políticos cuya formación no alcanza a hacerlos
creer que hay pobreza, y en ese sentido, sólo piensan que el dinero público es
para transferirse a sus cuentas personales. Y mientras permanezcan en esa
perniciosa actividad, México no podrá salir delante de sus problemas. Antes
bien, seguirán en aumento.
Robustecer la representación
proporcional es una propuesta torpe y obtusa. La democracia es para elegir
gobernantes, no para mantener a zánganos con el dinero del pueblo. Y en ese
sentido, el recorte de personal inútil debe ser ya, en estos momentos, la
prioridad del gobierno de Enrique Peña Nieto, gobernadores y presidentes
municipales de todo el país.
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