miércoles, 8 de febrero de 2017

¿Aumentar la representación proporcional?
Las recientes declaraciones del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello, lo pintan tal y como es el político que piensa sólo en su estabilidad personal aunque al resto del país se lo esté llevando el demonio. Dice que reducir el número de diputados y senadores como medida de austeridad, podría mermar la democracia.
Y no sólo se detuvo en esa descabellada cuanto absurda postura. Tuvo la osadía de agregar que, lejos de mandar a la calle a 200 diputados y 96 senadores, se deben encontrar soluciones que ROBUSTEZCAN (así lo dijo, que robustezcan) el sistema representativo, porque todo lo que sea en contrario, lejos de fortalecer la democracia pueden eventualmente menguarla.
Durante su participación en el 13 Congreso Iberoamericano del Derecho Constitucional, organizado por la UNAM, Córdova Vieanello señaló que el desafío histórico de encontrar mecanismos para enfrentar la difícil situación económica, no debe afectar los instrumentos y las instituciones que defienden los derechos fundamentales. Escuchó usted bien, dijo que defienden los derechos fundamentales.
Referente a la propuesta del Partido Revolucionario Institucional, de reducir 100 diputados y 32 senadores para disminuir los costos, dijo que es un tema que se debe discutir de manera pública, ya que se tiene que analizar todas las propuestas que se presenten. Por lógica suponemos que él, como máxima autoridad del INE, podría fácilmente proponer que se robustezca la cantidad de legislativos, o sea… más diputados y más senadores.
Este sujeto es el mismo que en 2015, fue descobijado tras una llamada telefónica grabada de manera clandestina, en la que al referirse a una persona de origen indígena, de manera burlesca, majadera, sarcástica y grotesca, lo mencionó como chichimeca, un tema que provocó una reacción de profunda indignación por parte no solamente de las etnias del país, sino de una gran parte de la sociedad, que lo identificó como el clásico riquillo de sangre azul que no tolera a quienes ellos consideran una raza inferior.
Ahora, este mismo dice que lejos de poner “de patitas en la calle” a los diputados y senadores plurinominales para tratar de aliviar un poco la caótica situación económica del país, se debe incrementar la representación proporcional, lo que deja una clara evidencia de que a este tipo de personajes les importa un cacahuate que haya gente que se está muriendo de hambre por la falta de recursos económicos suficientes, y por el contrario, buscan la manera de jalar más cómplices para el saqueo del erario.
Quienes han nacido en cuna de seda, bajo ninguna circunstancia debieran estar dentro de la política, y lamentablemente son quienes influyen en la toma de las decisiones más importantes en el país. Hay políticos cuya formación no alcanza a hacerlos creer que hay pobreza, y en ese sentido, sólo piensan que el dinero público es para transferirse a sus cuentas personales. Y mientras permanezcan en esa perniciosa actividad, México no podrá salir delante de sus problemas. Antes bien, seguirán en aumento.

Robustecer la representación proporcional es una propuesta torpe y obtusa. La democracia es para elegir gobernantes, no para mantener a zánganos con el dinero del pueblo. Y en ese sentido, el recorte de personal inútil debe ser ya, en estos momentos, la prioridad del gobierno de Enrique Peña Nieto, gobernadores y presidentes municipales de todo el país.

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