El inicio de un nuevo año siempre implica hacerse nuevos propósitos. Uno de los nuestros es éste, volver a circular con nuestro medio impreso, después de un año que dejó un amargo sabor de boca por lo complicado que resultó en cuestión económica. La crisis también nos golpeó con dureza y nos causó trastornos que esperamos superar en el curso de este 2011, que al menos en ánimo “pinta” mucho mejor.
El año anterior permitió analizar bien el panorama político regional. La verdad es que hace mucho tiempo no me tocaba ver una administración de puertas tan abiertas como la que está ofreciendo
Javier Caraveo Rincón en Empalme. El alcalde origen panista dijo siempre q
ue, de llegar a munícipe, buscaría siempre trabajar de cara a la gente, y lo está haciendo. Tener la puerta abierta de su oficina no es populismo. Él llegó con las manos limpias a gobernar al municipio y quiere salir exactamente igual.
A Javier, en la balanza, le ha ido mucho mejor que a todos sus más recientes antecesores. Los problemas que como todo Municipio ha enfrentado, los ha sabido superar gracias a la estructura orgánica que sostiene con su equipo de trabajo, a quienes confió una gran responsabilidad convencido de que le cumplirán al pie de la letra. La inmensa mayoría de ellos le han mostrado hasta ahora absoluta lealtad.
El trabajo del munícipe empalmense, por otra parte, muestra una intensa labor de gestoría. Al margen de cumplir con el compromiso de sacar la obra pública pendiente y programada, Javier ha tenido el tino de atender también responsabilidades de tipo social, buscando sacar de donde se pueda los recursos necesarios para atender situaciones que antes comúnmente se quedaban en el archivo, sobre todo las que se canalizaban a través de DIF.
Y como es lógico suponerlo, el trabajo de Javier satisface a su partido, Acción Nacional, más que nada porque los experimentos perredistas y priístas representaron más un atraso que progreso, y porque además, cada día salen más y más pruebas de la inmensa corrupción que imperó, sobre todo en la administración inmediata anterior. En el refugio azul hay confianza de que el PAN retenga la presidencia municipal para el siguiente período, y por eso buscan desde ahora un elemento que garantice buenos resultados en los comicios de 2012.
Ante esto
, las miradas se dirigen invariablemente hacia
Héctor Moisés Laguna Torres, actual diputado local, quien dicho sea de paso, se sigue preparando para continuar lo que él, desde un principio, llamó una carrera política. El actual legislador quiere ser alcalde de Empalme y nunca lo ha ocultado. Y la excelente mancuerna que hizo con Javier, aparte de la amistad que ambos se profesan, lo ubican como el mejor prospecto, hasta ahora, para buscar una eventual nominación.
Empalme está tranquilo en ese aspecto. Aún con los problemas que se han presentado, se puede decir que es un Municipio donde se ha hecho un buen trabajo en la administración pública. Sobre todo por que se busca el manejo honesto de los recursos, elemental esto para definir el trabajo de un munícipe.
Por esto último es que, a unos cuantos kilómetros de distancia, en Guaymas, se respira cada vez más la decepción, la terrible desilusión que viven millares de guaymenses que confiaron en lo
que aparentaba ser una figura honesta en la persona de
César Adrián Lizárraga Hernández, quien de ser la mejor esperanza entre los candidatos de 2009, se ha ido convirtiendo prácticamente en uno de los peores presidentes municipales que han pasado por la “casa de piedra”.
Tengo que decirlo: poco antes de que César llegara a la alcaldía, a mis oficinas llegó una persona muy ligada al ya munícipe electo. Me sorprendió mucho su cara de extrema preocupación e incontrolable zozobra, al asegurarme que tenía que ayudarle a convencer a César de que no designara como Secretario del Ayuntamiento a
Alonso Arriola Escutia y como Secretario Particular a
Roberto Romero Guerrero. “Ellos van a ser la tumba de César”, me decía desesperadamente esa persona.
No le creí. Pensé que lo que buscaba era otra cosa, y ahora tengo que aceptar, reconocer sin objetar nada, que me equivoqué. Dicha persona advirtió muy a tiempo lo que hoy está pasando. Ahora, el Secretario del Ayuntamiento es el “panteonero” que está cavando la tumba política en la que sepultará al ingeniero Lizárraga Hernández. Y lo más dramático en esta absurda novela, es que el alcalde es el ÚNICO que parece no darse cuenta de lo que está pasando.
Con una soberbia que raya en lo insólito, César abofeteó las inquietas preocupaciones de quienes durante su campaña de proselitismo fueron su gente de ultra confianza, y que durante el primer año de gobierno estuvieron acercándose constantemente a él para pedirle que cambiara el rumbo. El novel político se impresionó por los desplantes déspotas, altaneros e irracionales de su “hombre de confianza”, y en su infinita inmadurez le ha permitido inclusive incurrir en acciones que podrían significar, no uno, sino varios conflictos legales quizá antes de que termine la presente a
dministración.
No vayamos tan lejos: el asunto de la renta de las lámparas para el alumbrado público es un caso que va a dar para mucho más. El munícipe, en su necia cerrazón, no ha previsto los dolorazos de cabeza que esto le va a traer, porque finalmente, uno de los primeros que lo van a dejar sólo con ese asunto va a ser precisamente su “brazo derecho”. Al tiempo.
Aparte, el Secretario ha hecho un trabajo “muy fino” para que quien supuestamente es su jefe inmediato deteriore más cada día su imagen. Ya lo rivalizó con la gente de las ligas pequeñas de béisbol, lo llevó a perderle la confianza a
Librado Navarro Jiménez (como a otros colaboradores más) cuando se dio cuenta de que éste tiene aspiraciones políticas (a toda costa quiere quitarlo de en medio, y no dude que pronto lo enrede en otro de sus acostumbrados espectáculos), y lo llevó a darle la espalda a miembros de medios de comunicación que en su momento confiaron también en la supuesta honestidad del hoy alcalde. Increíble: hoy, el humilde César de aquellos tiempos, cobr
a furiosas venganzas con quienes no están de acuerdo con la forma tan errónea en que está conduciendo los destinos del municipio.
La gente ya se dio cuenta de eso. Los guaymenses no somos tontos. Nos percatamos cuando las cosas no se están haciendo bien desde el mandato municipal. Y el más fiel reflejo de esto se dio durante la presentación de
Oscar Chávez en el auditorio local. César fue abucheado por una buena cantidad de presentes entre el público. Prueba inequívoca de que la gente ya empieza a mostrar más su inconformidad. ¡Qué feo!
Y como es natural en estos casos, consecuencia de lo mismo es el desorden que impera al interior de Acción Nacional, donde
Francisco López Lucero trata de enderezar un barco que se está yendo a pique por la pésima actuación política que está teniendo el gobernador de este municipio. Ya prácticamente recuperado al cien por ciento del problema de salud que lo mantuvo inactivo durante algunos meses, a López Lucero se le nota la preocupación por lo que está ocurriendo en Palacio Municipal. Aunque lo disimula bastante bien.
Esa es la razón por la que hoy no se puede describir un elemento con la figura suficiente para ser el próximo candidato panista.
Francisco Bueno Ayup no será quien busque preservar el mando municipal para su partido, porque buscará estar dentro de la próxima legislatura estatal y desde ahí seguir apoyando fielmente a
Guillermo Padrés Elías. Pero al margen de eso, César se obsesionó, acicateado por su Secretario, en destruir las inquietudes que Bueno Ayup tenía en ese sentido.
“
Yo escojo a mis enemigos”, me escribió César en un mensaje que me envió vía correo electrónico cuando rompió relaciones conmigo molesto por las críticas que he hecho sobre su trabajo. Y a “Paco” Bueno lo ubicó como enemigo desde un principio, de tal forma que pretendía hacerle la vida imposible si este seguía con su legítimo propósito de venir a buscar la alcaldía. Ahora que el actual Director de Alcoholes declina en leal apoyo al Gobernador sonorense, en el panismo local existe un desconcierto total con respecto a su futuro aspirante a presidente del municipio. Quizá eso podría hacer que “Paco” diera marcha atrás.
Alonso difícilmente llegaría a ser candidato, porque los panistas de casa ya no van a permitir que de nuevo se les vuelva a imponer a un candidato que, como César, solamente utilizó los colores del panismo para brincar a una posición desde la cual ha dado “una patada en el trasero” a todos aquellos que confiaron en él. Pero además, enviar a un candidato como el actual Secretario del Ayuntamiento, haría saltar de alegría a los demás partidos políticos. Ahora sí que como dicen por ahí, hasta “El Rellenas” le ganaría a Arriola Escutia.
Carlos Dueñas, el actual tesorero, no tiene todavía una formación política como para suponer que podría ser candidato. Pero además, ya tiene demasiadas diferencias con César como para que éste e
ventualmente quisiera apoyarlo, y su trato con los panistas de casa no es tan cordial como para que éstos lo vieran como prospecto para un compromiso así.
El PAN en Guaymas, entonces, podría estar marchando rumbo a una derrota contundente. Más todavía cuando al menos en el PRI, están tratando de hacer las cosas con un estilo más estilizado, luego del descontrol que se dejó venir tras las derrotas de 2009. Y para ello, alistan ya la figura de
Susana Corella de Espriú para que asuma la dirigencia del tricolor. La ex alcaldesa, con todo y haber pertenecido a un grupo político que bastante daño causó a Sonora, podría ser de lo poco rescatable que quedó en las ruinas en que se convirtió el tricolor.
Desde ahí, Susana podría impulsar fuerte las aspiraciones por la diputación local de
Ramón López Meza, el dirigente sindical de PEMEX y actual regidor del municipio, cuya trayectoria en ambos casos es de un digno reconocimiento. Si el PRI busca tener una presencia honesta en el Congreso del Estado, Ramón podría ser su mejor carta, ya que las mejores recomendaciones que porta son precisamente el trabajo que ha hecho tanto como líder si
ndical como dentro de su responsabilidad como edil.
Ese precisamente es el perfil que requieren urgentemente los priístas para tratar de recomponer las cosas. Pretender adueñarse otra vez del alicaído partido aplastando las opiniones de quienes pretenden su recuperación por la vía democrática, resultará ocioso. No van a conseguir nada. Deben entender que las actitudes caciquiles ya no sirven de nada, y que el tricolor necesita entrar a una profunda operación reconstructiva. No hay otra solución.
Ahí dentro hay gente honesta, que al menos participa en política porque tiene el deseo de servir. Quien conoce y ha tratado personalmente a López Meza entenderá lo que comentamos. Y quien conoce y ha tratado al doctor
José Luis Marcos L
eón Perea sabrá también a qué tipo de gente de refiero. Personas con esa imagen es las que necesitan los tricolores para empezar con un proceso de reconstrucción que podría, al menos, ofrecerles mejores esperanzas de aspirar a algo mejor en el siguiente proceso electoral.
La nueva dirigente estatal,
Claudia Pavlovich Arellano asegura que permitirá que los procesos internos en el PRI se hagan de acuerdo a los deseos de la militancia. Habrá que verlo. Si la señora realmente es respetuosa de la democracia priísta, las cosas podrían empezar a “pintarle” bien al partido que quedó destruido tras las actitudes autodestructivas que se tuvieron a lo largo de los últimos años, cuando se creyó en el poder omnipotente y se perdió.
Una buena muestra de ese pregonado respeto se dará ahora que se vengan los cambios de dirigencia en la CNOP. Si es cierto, el sector popular podrá elegir libremente a su nuevo dirigente. Si no, todo lo dicho se irá al cesto de la basura. Por lo pronto,
Carlos Ernesto 
Zataráin González y
Antonio Astiazarán Gutiérrez buscan ese liderazgo. Será un proceso muy interesante, sin duda alguna.
EN Hermosillo, funcionó la estrategia, y el anuncio hecho por el Gobernador
Guillermo Padrés Elías respecto a la desaparición de las cuotas escolares como cosa obligatoria, fortalece la confianza que los sonorenses depositan en quien rige ahora los destinos de la entidad. Se sobreentiende que la oposición continuará golpeando cuanto proyecto establezca el actual gobierno, pero es parte de su obligación por aparecer como tal. Sin embargo, ante actitudes tan contundentes como éstas, se confirma que era necesario el cambio en Sonora.
Por
lo menos, el renglón educativo es de elemental importancia para el actual Ejecutivo. Tras la distribución gratuita de uniformes escolares, la exigencia de la desaparición de las cuotas que se exigen en las escuelas bajo la amenaza de impedir los estudios de los chamacos, es una evidencia muy clara de ese interés. Millares de familias de limitados recursos económicos están complacidas con esa disposición. Bastaba ver la angustia que enfrentaban cuando se condicionaba el estudio de sus hijos al pago de un dinero que regularmente no tenían. Eso se terminó. Y quien insista tendrá que rendir sus cuentas.
EN otro temas, lamentable la muerte del doctor
David Robles Rendón, excelente médico pero mejor amigo, quien la noche del domingo sufriera un accidente tras sufrir un infarto mientras conducía el auto de un amigo.
Por desgracia, el ataque a su corazón y los golpes que sufrió en el percance llevaron a su muy sentido deceso, lo que provocó profunda consternación en todos los que tuvimos el privilegio de llevar amistad con él.
Descanse en paz, doc!!
Hay descuido a los proyectos turísticos de Guaymas: Otto Claussen Iberri
